Luego del fallo de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que absolvió a 28 personas acusadas de blanqueo de capitales, los hijos del fallecido abogado Ramón Fonseca Mora emitieron un comunicado en el que aseguran que «la prueba para demostrar la inocencia de nuestra familia ha terminado y lo ocurrido será un testimonio de un sistema fallido».
«Estos eventos, la condena pública de un supuesto hecho delictivo, fueron solo el comienzo de una prueba que ha dejado profundas heridas en nuestra familia y llevó a la muerte de nuestro amado padre, Ramón Fonseca Mora», lamentaron los familiares.
Los hijos del abogado reclamaron que Fonseca Mora fue «acusado y privado de libertad por las autoridades de nuestro país, sin fundamentos legales que los soportaran, basados tan solo en lo que decían medios de comunicación».
«La salud de nuestro padre se deterioró significativamente debido al estrés y las dificultades infligidas por esta persecución», sostuvieron en el comunicado.
Fonseca «falleció víctima de un sistema corrupto que no protegió a nuestro país, ni nuestro sistema legal y financiero», advirtieron sus hijos Susana, Eduardo, Gabriel, Raquel, Isabel y Victoria Fonseca.
Los familiares del abogado hicieron un llamado contundente al Ministerio Público: «asegúrense de que ninguna otra persona ni familia tenga que soportar semejante sufrimiento».
«La búsqueda de justicia debe equilibrarse con la protección de los derechos humanos; el primero de ellos siendo la presunción de inocencia. [Ramón Fonseca Mora] Ahora sí puedes descansar en paz», sentenciaron.
El veredicto final, que trajo alivio a la familia Fonseca, también ha vuelto a abrir las heridas y el sufrimiento injusto que han soportado durante tantos años. La exoneración del abogado y sus colegas, incluidos su socio Jurgen y otros colaboradores valiosos, debería servir como un catalizador para el cambio, inspirando un sistema legal más justo, rápido y compasivo en Panamá.
A continuación, el Comunicado:
Hace ocho años nuestras vidas cambiaron para siempre. Mossack Fonseca, donde corríamos por los pasillos en nuestra infancia y el lugar donde cientos de panameños trabajaban honradamente para sus familias, de la noche a la mañana se volvió una escena de crimen. Estos eventos fueron solo el comienzo de una prueba que ha dejado profundas heridas en nuestra familia y llevó a la muerte de nuestro amado padre, Ramón Fonseca Mora.
La condena pública que siguió, manchó su nombre y por extensión, la reputación de nuestra familia. A pesar de las acusaciones, nuestro padre siempre defendió su inocencia y la de la firma Mossack Fonseca que fue injustamente atacada y violentada con un robo de información. Fue además acusado y privado de libertad por las autoridades de nuestro país, sin fundamentos legales que los soportaran, basados tan solo en lo que decían medios de comunicación.
El juicio, que finalmente concluyó hace escasos días, encontró a todos los acusados inocentes de todos los cargos. Este veredicto ha traído un inmenso alivio, pero también ha vuelto a abrir las heridas y el sufrimiento injusto que hemos soportado durante tantos años.
La salud de nuestro padre se deterioró significativamente debido al estrés y las dificultades infligidas por esta persecución. Nos desgarra el corazón pensar que nunca más podremos ver su sonrisa y no podrá disfrutar y guiar con tanta sabiduría a sus diez nietos que lo adoran. Falleció antes de poder ver su inocencia en blanco y negro, víctima de un sistema corrupto que no protegió a nuestro país, ni nuestro sistema legal y financiero.
El legado de nuestro padre es uno de resistencia e integridad inquebrantable. Mientras lloramos su muerte y celebramos su exoneración, hacemos un llamado contundente al Ministerio Público: asegúrense de que ninguna otra persona ni familia tenga que soportar semejante sufrimiento.
Esperamos que la absolución de nuestro padre, su socio Jurgen y valiosos colaboradores que sufrieron igualmente el rechazo social y la persecución judicial, sirva como un catalizador para el cambio, inspirando un sistema legal más justo, rápido y compasivo. La prueba para demostrar la inocencia de nuestra familia ha terminado y lo ocurrido será un testimonio de un sistema fallido.
La búsqueda de justicia debe equilibrarse con la protección de los derechos humanos; el primero de ellos siendo la presunción de inocencia.
PAPI, AHORA SI PUEDES DESCANSAR EN PAZ.
Susana, Eduardo, Gabriel, Raquel, Isabel y Victoria Fonseca
Ciudad de Panamá, 2 de julio de 2024