El secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y Similares (Suntracs), Saúl Méndez, recibió oficialmente el asilo político de Bolivia después de permanecer refugiado en la embajada boliviana desde el pasado 21 de mayo.
Salvoconducto Autorizado para Salida Inmediata
Méndez se refugió en la embajada de Bolivia saltando la cerca en la madrugada del miércoles 21 de mayo, tocó la puerta y entregó una nota al encargado de negocios de la sede diplomática. El Ministerio de Seguridad confirmó el refuerzo de la seguridad perimetral y se espera su traslado al aeropuerto de Tocumen este sábado.
Fuentes reservadas no descartan que el dirigente sindical pueda abandonar el país en un vuelo programado para las 4:27 p.m. de hoy sábado, aunque no existe confirmación oficial por parte de la Cancillería panameña ni de la misión diplomática boliviana.
El Caso que Motivó el Asilo
La solicitud de asilo surge tras las órdenes de captura emitidas el 21 de mayo por la Fiscalía Segunda contra la Delincuencia Organizada contra varios dirigentes del Suntracs por presunta estafa agravada relacionada con terrenos en Isla Bastimentos, provincia de Bocas del Toro.
Los terrenos en cuestión, valorados en 28.6 millones de dólares según avalúo del Ministerio Público, fueron transferidos al sindicato como garantía para el pago de compensaciones a 412 trabajadores tras una huelga que duró un año y siete meses en el proyecto Red Frogs.
Proceso Diplomático en Marcha
La embajada boliviana otorgó inicialmente protección temporal a Méndez mientras analizaba su petición de asilo. El presidente José Raúl Mulino había señalado anteriormente que «el asilo no ha sido calificado aún» y que en Bolivia funciona la Comisión Nacional de Refugiados que determina estos asuntos.
La presencia policial se mantiene reforzada en los alrededores de la embajada boliviana mientras crece la expectativa sobre la salida oficial de Méndez del territorio panameño con destino a Bolivia.
Este caso marca un nuevo capítulo en las tensiones entre el gobierno de Mulino y el movimiento sindical panameño, particularmente con el Suntracs, que ha mantenido una posición crítica ante las políticas laborales del actual gobierno.