En Panamá, las autoridades se enfrentan constantemente a dos de los delitos ambientales más devastadores: la minería ilegal y la tala indiscriminada. Estas actividades ilícitas no solo representan una amenaza para los recursos naturales de la región, sino que también tienen un impacto significativo en la biodiversidad y el equilibrio ecológico. La lucha contra estos problemas ambientales es una tarea continua que requiere esfuerzos sostenidos y estrategias efectivas para preservar la riqueza natural de Panamá y proteger su patrimonio ambiental para las generaciones futuras.