Las fuerzas rusas realizaron un nuevo ataque con misiles de crucero y drones dirigido a áreas civiles e infraestructuras de Kiev, la capital ucraniana, y un puerto en Odesa.
A pesar del ataque, las defensas aéreas ucranianas lograron interceptar todos los misiles dirigidos a Kiev, evitando víctimas y daños materiales significativos. Sin embargo, se informó sobre un incendio en una empresa en Kiev debido a la caída de uno de los misiles interceptados.
En el ataque también se utilizaron drones, algunos de los cuales causaron daños en infraestructuras agrícolas en la región de Odesa y provocaron la trágica muerte de un trabajador. Estos ataques se han vuelto más frecuentes desde la ruptura del acuerdo de grano entre Ucrania y Rusia a mediados de julio.