Reino Unido ha rechazado enérgicamente la justificación del régimen iraní sobre su programa de enriquecimiento de uranio, calificándolo de inaceptable y advirtiendo sobre la creciente amenaza nuclear que representa Irán. El ministro de Exteriores británico, David Lammy, ha expresado su preocupación por la falta de transparencia de Teherán en relación con sus actividades nucleares y ha enfatizado que la comunidad internacional no puede aceptar explicaciones insuficientes.
Lammy ha recordado que las acusaciones del ex primer ministro Gordon Brown sobre el engaño de Irán en la creación de instalaciones militares subterráneas, como las de Fordow, que fueron bombardeadas por Estados Unidos en junio, subrayan la necesidad de un escrutinio riguroso. Las alarmas se han intensificado tras el informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en mayo, que reveló que Irán posee una cantidad significativa de uranio enriquecido al 60 por ciento, un nivel peligrosamente cercano al necesario para la fabricación de armas nucleares.
En una entrevista con ‘The Guardian’, Lammy advirtió que una Irán con armas nucleares podría desestabilizar aún más Oriente Próximo, recordando los horrores de Hiroshima y Nagasaki. Subrayó que permitir que Irán desarrolle armas nucleares legaría un mundo con un riesgo mucho mayor de proliferación nuclear a las generaciones futuras. El ministro también descartó la participación de Israel en la decisión de Estados Unidos de atacar las instalaciones nucleares iraníes.
Reino Unido, junto con Francia y Alemania, está considerando la reimposición de sanciones a Irán si no toma medidas concretas para frenar sus ambiciones nucleares. Recientemente, representantes de estos países mantuvieron conversaciones con Irán para intentar romper el estancamiento en las negociaciones sobre su programa nuclear. A pesar de que Teherán ha manifestado su disposición al diálogo, ha suspendido su cooperación con el OIEA, liderado por Rafael Rossi.
Lammy hizo referencia a la película ‘Oppenheimer’ para ilustrar las devastadoras consecuencias de la creación de armas atómicas, enfatizando que un Irán nuclear podría incitar a otros países vecinos a buscar armas similares, creando un mundo mucho más peligroso. Aunque ha escuchado los argumentos israelíes a favor de un cambio de régimen en Irán, Lammy aclaró que la decisión de atacar las instalaciones nucleares iraníes fue tomada por Estados Unidos de forma independiente.
El ministro británico subrayó que la decisión final sobre el futuro del régimen iraní recae en el pueblo iraní. Su principal preocupación es evitar que Irán se convierta en una potencia nuclear, trabajando con sus aliados para garantizar la seguridad global y regional. La situación sigue siendo crítica y requiere una estrecha vigilancia y una acción diplomática concertada para evitar una escalada nuclear en Oriente Próximo.