El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, han intensificado su presión sobre China, instando a Pekín a detener su apoyo a Rusia en la guerra de Ucrania. En una rueda de prensa conjunta celebrada el 18 de junio de 2024, ambos líderes advirtieron que China enfrentará consecuencias si no modifica su comportamiento.
Antony Blinken señaló que la ayuda de China permite a Rusia mantener su base industrial de defensa en funcionamiento, lo que facilita la continuidad de la maquinaria bélica y, por ende, la prolongación del conflicto en Ucrania. «Eso tiene que parar», afirmó Blinken enfáticamente.
Por su parte, Jens Stoltenberg hizo un llamado a China para que asuma las «consecuencias» de su apoyo a Rusia. «China no puede tener ambas cosas. No puede seguir teniendo relaciones comerciales normales con países de Europa y al mismo tiempo alimentar la mayor guerra que hemos visto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial», sostuvo Stoltenberg.
China, en defensa de su postura, ha declarado ser neutral en la guerra de Ucrania y niega haber enviado ayuda letal a ninguno de los bandos. Esta posición contrasta con la de Estados Unidos y otros países occidentales que han proporcionado apoyo militar crucial a Kiev desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022.
La relación estratégica entre China y Rusia se ha estrechado considerablemente desde el inicio del conflicto, lo que ha generado preocupaciones en Occidente. La OTAN y Estados Unidos continúan buscando formas de presionar a Pekín para que reconsidere su posición y contribuya a una resolución pacífica del conflicto.