En una jornada de alta tensión en Bolivia, un tanque derribó la puerta de la sede del Ejecutivo en La Paz y militares ingresaron al edificio este miércoles 26 de junio. Esta acción se produjo después de que el comandante general del Ejército boliviano, Juan José Zuñiga, advirtiera con tomar la sede del Gobierno y cambiar el gabinete. Sin embargo, Zuñiga afirmó que sigue reconociendo «por ahora» al presidente Luis Arce como jefe del Ejército.
El presidente Arce había denunciado momentos antes «movimientos irregulares» de militares frente a la sede del Gobierno. «Denunciamos movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército Boliviano. La democracia debe respetarse», escribió Arce en su cuenta de X.
Denuncias de golpe de Estado
El exmandatario Evo Morales, un importante rival político de Arce y líder del Movimiento al Socialismo (MAS), consideró que se está gestando un golpe de Estado y convocó a una «movilización nacional para defender la democracia». Morales expresó su preocupación por la situación y pidió a sus seguidores salir a las calles en defensa del Gobierno legítimo de Arce.
El vicepresidente de Bolivia, David Choquehuanca, también denunció que se está llevando a cabo un «golpe de Estado» contra el Gobierno de Arce. «Denunciamos a la comunidad internacional que en Bolivia hay un golpe de Estado contra nuestro Gobierno democráticamente elegido», advirtió Choquehuanca.
Reacciones de la comunidad internacional
La canciller de Bolivia, Celinda Sosa, se unió a las denuncias de movimientos «irregulares» por parte del Ejército, señalando que estas acciones atentan contra la democracia, la paz y la seguridad del país. «Hacemos un llamado a la comunidad internacional y a la población boliviana a hacer respetar los valores democráticos y respaldar al Gobierno de Luis Arce Catacora, constitucional y legítimamente elegido por la voluntad soberana del pueblo boliviano», afirmó Sosa en un video publicado en X.
Situación en La Paz
Según vídeos compartidos en las redes sociales y las imágenes de agencias de noticias, soldados fuertemente armados y vehículos blindados se concentraron en la Plaza Murillo, frente a la sede del Ejecutivo. La presencia militar ha generado una creciente preocupación entre la población y ha intensificado el clima de incertidumbre en el país.
Esta crisis política en Bolivia representa un grave desafío para la estabilidad democrática del país y subraya las profundas divisiones políticas y sociales que continúan marcando su escenario nacional.