En un giro inesperado que ha conmocionado el panorama político francés, la ultraderecha, liderada por el partido Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen, ha emergido como la fuerza más votada en la primera vuelta de las elecciones legislativas anticipadas celebradas este domingo 30 de junio de 2024.
Con más del 34% de los votos, el RN y sus aliados han superado tanto a la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP), que obtuvo entre un 28,5% y un 29,1%, como a la alianza del presidente Emmanuel Macron, que se situó en tercer lugar con aproximadamente un 21% de los sufragios.
Este resultado marca un hito histórico, siendo la primera vez desde la liberación de Francia en 1945 que la ultraderecha lidera una votación nacional de esta envergadura. Marine Le Pen, celebrando en su feudo de Hénin-Beaumont, ha expresado su ambición de alcanzar la mayoría absoluta en la segunda vuelta, programada para el 7 de julio.
Ante este escenario, el presidente Macron ha hecho un llamado urgente a la unión de las fuerzas «democráticas y republicanas» para frenar el avance de la ultraderecha en la segunda vuelta. Este llamamiento refleja la preocupación del establishment político francés ante la posibilidad de un gobierno ultraderechista.
El resultado de estas elecciones podría tener profundas implicaciones no solo para Francia, sino para toda la Unión Europea, añadiendo potencialmente a Francia a la lista de países miembros gobernados por fuerzas de extrema derecha.
La segunda vuelta del 7 de julio se perfila como un momento crucial que definirá el futuro político de Francia y podría reconfigurar el equilibrio de poder en Europa.