La próxima cita electoral en la Unión Europea está marcada por una amenaza silenciosa: la campaña de desinformación e influencia orquestada por Rusia. Desde rumores falsos hasta aliados estratégicos, el Kremlin no escatima esfuerzos para socavar el apoyo a Ucrania y sembrar divisiones en el bloque comunitario.
En esta cruzada, Putin cuenta con una red de aliados tanto en gobiernos como en la oposición europea. Desde el líder húngaro Viktor Orbán, calificado como un «quintacolumnista» en la UE, hasta partidos de extrema derecha como Alternativa por Alemania (AfD) y Reagrupación Nacional (RN) de Francia, el panorama político europeo se ve sacudido por influencias provenientes de Moscú.
La desarticulación de una red prorrusa que pagaba a diputados europeos para difundir propaganda del Kremlin es solo la punta del iceberg. Rusia lleva años invirtiendo en esta campaña de influencia, aprovechando afinidades políticas, estratégicas e incluso financieras para mermar el consenso y defender sus intereses en el continente.
Con el objetivo de «debilitar a sus enemigos», según expertos, Rusia busca crear divisiones en la alianza trasatlántica, socavar el apoyo a Ucrania y generar tensiones internas en los países miembros. Desde la difusión de narrativas engañosas en redes sociales hasta el cultivo de relaciones opacas con líderes europeos, el Kremlin no escatima recursos para impulsar su agenda.
Mientras las elecciones al Parlamento Europeo se acercan, es crucial mantenerse alerta ante estas tácticas de desinformación e influencia externa. La UE debe fortalecer sus defensas y promover la transparencia y el pensamiento crítico entre sus ciudadanos para salvaguardar la integridad del proceso democrático.