El segundo debate de los aspirantes republicanos a la presidencia de Estados Unidos estuvo marcado por la ausencia de Donald Trump, quien lidera las encuestas con una ventaja de más de 40 puntos hacia la nominación. Con el líder ausente, los siete participantes elevaron el tono de los ataques para tratar de recortar distancias frente al magnate ausente.
El evento tuvo lugar en la Biblioteca Ronald Reagan de Simi Valley, California, y la crítica a la ausencia de Trump fue la principal coincidencia entre los asistentes. Ron DeSantis, segundo en las encuestas, declaró que «Donald Trump está desaparecido» y lo instó a defender su presidencia y responder por la deuda de Estados Unidos. La estrategia de atacar al líder fue iniciada por Chris Christie, exgobernador de Nueva Jersey y un abierto crítico de Trump.
El debate se centró en temas económicos, con los candidatos criticando las políticas económicas de Biden y la alta inflación que afecta a las familias estadounidenses. Ron DeSantis, quien destacó por su gestión en Florida, afirmó que las políticas de Biden son buenas para China pero perjudiciales para Detroit.
Mientras tanto, Trump se encontraba en Míchigan encabezando un mitin con trabajadores de la industria automotriz en huelga. La distancia entre Trump y el debate era una metáfora de su ventaja en las encuestas. El expresidente bromeó diciendo que el debate era como una «entrevista de trabajo» para los candidatos y se burló de su audiencia en comparación con la suya.
A pesar de su ausencia, Trump sale fortalecido del debate, y su liderazgo en la carrera hacia la nominación republicana continúa siendo destacado.