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Un ataque israelí contra la Iglesia de la Sagrada Familia en Gaza ha provocado la muerte de tres personas y ha dejado heridas a nueve, incluido el párroco argentino Gabriel Romanelli. El incidente, que tuvo lugar en la mañana del jueves, ha generado una ola de condenas internacionales, incluido un llamado urgente del Papa León XIV a un cese inmediato del fuego. El gobierno israelí ha confirmado que ha abierto una investigación sobre el suceso.
El bombardeo ocurrió alrededor de las 10:10 de la mañana, hora local, cuando un proyectil impactó en el edificio religioso situado en el norte de la ciudad de Gaza, cerca del hospital Al-Ahli. Según Cáritas Jerusalén, el impacto se produjo cerca de la cruz del tejado, esparciendo metralla y escombros en el patio donde se encontraban varias personas. Entre los heridos se encuentran dos ancianas que estaban en una carpa de apoyo psicosocial de Cáritas y tres jóvenes que se hallaban en la entrada de la parroquia. El párroco Romanelli, quien fue alcanzado en una pierna, fue atendido en el hospital Al-Ahli y se encuentra fuera de peligro.
El Patriarcado Latino de Jerusalén confirmó la muerte de tres personas a causa del ataque y que nueve resultaron heridas. «Rezamos por el descanso de sus almas y por el fin de esta guerra salvaje. Nada puede justificar los ataques contra civiles inocentes», expresó el Patriarcado en un comunicado. La Iglesia condenó con firmeza el ataque, calificándolo como una tragedia que se suma al sufrimiento constante que vive la población de Gaza.
La Iglesia de la Sagrada Familia funcionaba como refugio para unas 500 personas, la mayoría cristianos desplazados por la guerra. El párroco Romanelli había advertido días antes a los refugiados que permanecieran dentro de las habitaciones, debido a la cercanía de los tanques y los bombardeos. Según Anton Asfar, director de Cáritas, la iglesia acogía también a familias musulmanas y niños con discapacidades. El lugar funcionaba como un espacio interreligioso de asistencia humanitaria en medio de un conflicto que ha arrasado más de 800 mezquitas.
El Papa León XIV expresó su «profunda tristeza» por el ataque y renovó su pedido por un «cese del fuego inmediato» en la Franja. La Santa Sede subrayó que los lugares de culto deben ser respetados como espacios de protección, incluso en tiempos de guerra, y llamó a que se evite poner en peligro la vida de civiles que buscan refugio.
El Ejército israelí declaró que está investigando las circunstancias del ataque. Tanto el ejército como el Ministerio de Relaciones Exteriores aseguraron que Israel «nunca ataca iglesias ni lugares religiosos», y lamentaron los daños causados a estructuras religiosas o personas no involucradas en el conflicto. Prometieron publicar los resultados de la investigación “de forma transparente”.
El cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, afirmó que el ataque fue directo contra la iglesia. “El Ejército dice que fue un error, pero no estamos seguros de eso”, declaró.
El sacerdote Gabriel Romanelli, de nacionalidad argentina, es una figura muy conocida entre las comunidades cristianas en Gaza. Desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023, mantenía contacto diario con el entonces Papa Francisco, quien reveló que cada noche llamaba a Romanelli para informarse sobre la situación humanitaria en la parroquia.
