Entrar a Fabien Migny es abrir una puerta secreta hacia el corazón de Francia, pero sin salir de Costa del Este. Desde la primera sonrisa de bienvenida, la atención cálida y cuidada te hace sentir invitado de honor en una velada parisina.
Los escargots, con su delicadeza y sabor profundo, son un pasaje directo al Belle París: basta cerrar los ojos para escuchar los acordeones de Montmartre y dejarse llevar por ese aire romántico de antaño.
El Patrón Campesino con pistachos es una joya culinaria. Cada bocado evoca la Francia de la campiña, pero con un sutil y sorprendente toque árabe que lo convierte en una experiencia distinta y memorable.
Y luego, el rey de la mesa: el pato confitado. Su carne tierna, que literalmente se derrite en la boca, habla de paciencia, técnica y tradición. Si decides acompañarlo con un buen Bordeaux, el maridaje es tan perfecto que roza lo celestial: un instante donde la gastronomía toca el cielo.
Fabien Migny no es solo un restaurante; es un viaje sensorial a Francia, una cita con la elegancia, el sabor y la pasión