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El cometa 3I/ATLAS ha irrumpido en nuestro vecindario cósmico, convirtiéndose en el tercer objeto interestelar detectado en la historia de la astronomía. Tras un periodo de incertidumbre causado por un cierre administrativo en Estados Unidos que limitó la información inicial, la NASA ha confirmado que este cuerpo celeste no es una nave de origen desconocido, sino un mensajero natural de un sistema estelar lejano y extremadamente antiguo.
¿Qué hace especial al cometa 3I/ATLAS?
A diferencia de los asteroides rocosos, este visitante está compuesto principalmente de hielo y polvo. Su nombre proviene del Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS), el equipo en Chile que lo avistó por primera vez el 1 de julio de 2025. La letra ‘I’ en su denominación certifica su naturaleza interestelar, siguiendo los pasos de los ya famosos ‘Oumuamua y 2I/Borisov.
Un viaje de millones de años
Los científicos han determinado su origen externo gracias a su trayectoria hiperbólica. El cometa 3I/ATLAS se mueve a una velocidad tan elevada que la gravedad del Sol no puede retenerlo en una órbita cerrada. Entró en nuestro sistema a 221.000 km/h y alcanzó los 246.000 km/h en su perihelio. Actualmente, se aleja para perderse definitivamente en el vacío del espacio interestelar.
Composición y misterios del cometa 3I/ATLAS
Este objeto funciona como una cápsula del tiempo. Según Tom Statler, científico de la NASA, su formación podría ser anterior a la de la propia Tierra y nuestro Sol. Las observaciones del telescopio espacial Hubble revelan una química inusual: una proporción de dióxido de carbono mucho mayor a la de los cometas locales y presencia de gas rico en níquel. Estos datos sugieren que el sistema solar de donde proviene tiene propiedades químicas muy distintas al nuestro.
¿Existe algún riesgo para la Tierra?
La NASA ha sido enfática al respecto: el cometa 3I/ATLAS no representa ningún peligro para nuestro planeta. Aunque su trayectoria lo llevó cerca de la órbita de Marte, su punto de máxima aproximación a la Tierra ocurrirá el 19 de diciembre de 2025. En ese momento, se encontrará a unos 270 millones de kilómetros de distancia, lo que equivale a casi el doble de la distancia entre nosotros y el Sol.
Guía para observar al visitante interestelar
Si eres un entusiasta de la astronomía, todavía tienes oportunidad de ser testigo de este evento. El cometa es visible en el cielo antes del amanecer utilizando un telescopio pequeño. Los expertos estiman que permanecerá al alcance de los observadores terrestres hasta la primavera de 2026. Además, plataformas como ‘Eyes on the Solar System’ de la NASA permiten seguir su ruta exacta en una simulación digital interactiva.
