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La inteligencia artificial (IA) está transformando rápidamente América Latina, pero su avance no es uniforme. Mientras algunos países lideran la adopción y el desarrollo de esta tecnología, otros luchan por mantenerse al día, creando una brecha digital que podría ampliar las desigualdades existentes. Un informe reciente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile (CENIA), conocido como el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA) 2025, revela esta disparidad y destaca los desafíos que enfrenta la región.
El ILIA 2025, que evalúa a 19 países, analiza tres dimensiones clave: factores habilitantes (infraestructura y conectividad), investigación y adopción, y políticas de gobernanza. Los resultados muestran que, si bien la región está adoptando la IA a un ritmo superior al esperado dado su peso digital, las capacidades para producir, regular y expandir estas tecnologías están concentradas en unos pocos líderes.
Chile, Brasil y Uruguay se destacan como los «pioneros» en IA, gracias a sus inversiones en infraestructura, talento humano y políticas públicas. En un segundo nivel, países como Colombia, Ecuador, Costa Rica y República Dominicana son considerados «adoptantes», mostrando avances significativos pero aún con margen de mejora. Sin embargo, más de un tercio de los países analizados se encuentran en la categoría de «exploradores», con ecosistemas incipientes y capacidades limitadas.
Uno de los principales obstáculos es la escasez de talento especializado. La formación avanzada en IA se concentra en un puñado de países, y la fuga de cerebros hacia mercados más atractivos agrava la situación. La brecha en la disponibilidad de profesionales calificados, en comparación con el promedio global, se ha ampliado desde 2022, lo que dificulta el desarrollo de soluciones locales y sostenibles.
La inversión es otra área crítica. A pesar de representar el 6,6% del PIB mundial, América Latina solo atrae el 1,12% de la inversión global en IA. Esta falta de financiamiento limita la capacidad de la región para impulsar proyectos innovadores y escalar soluciones que podrían transformar sectores clave como la salud, la educación y la productividad.
El informe de la CEPAL también señala la necesidad de fortalecer la gobernanza y las políticas públicas en materia de IA. Si bien muchos países han formulado estrategias nacionales, estas a menudo carecen de financiamiento adecuado, mecanismos de implementación claros y evaluaciones de impacto. Además, la mayoría no incorpora perspectivas de género o ambientales, cruciales para un desarrollo inclusivo y sostenible. Las políticas tienden a centrarse en la regulación, dejando de lado la creación de un ecosistema tecnológico robusto que fomente la innovación y el bienestar social.
Actualmente, la adopción de la IA en América Latina se centra principalmente en aplicaciones de consumo directo que requieren bajos niveles técnicos. Esto significa que los usuarios finales acceden a herramientas ya hechas, pero la región no está avanzando con la misma fuerza en el desarrollo de soluciones propias, la investigación científica y la generación de patentes.
A pesar de estos desafíos, existe un consenso entre los expertos de que el creciente interés en la IA ofrece una oportunidad única para democratizar la innovación y mejorar la productividad en sectores estratégicos. Para aprovechar este potencial, es fundamental crear condiciones favorables para la inversión y la formación de talento.
La CEPAL enfatiza la importancia de vincular las políticas de digitalización con estrategias productivas y fomentar la cooperación regional para garantizar un uso ético, inclusivo y responsable de la IA. La Unión Europea, que ha colaborado en la elaboración del ILIA 2025, destaca que este índice no solo proporciona un diagnóstico, sino también una hoja de ruta para orientar políticas y decisiones estratégicas. El futuro de América Latina dependerá de su capacidad para acelerar la inversión, ampliar la formación de especialistas y garantizar que la IA se convierta en una herramienta para la equidad, la innovación y la sostenibilidad.
