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El oro se encuentra al borde de romper una racha ganadora de nueve semanas, experimentando una corrección significativa mientras los inversores reevalúan un repunte que había llevado al metal precioso a niveles considerados excesivos. El precio del oro ha retrocedido hasta situarse cerca de los 4.110 dólares la onza, encaminándose hacia una caída semanal de más del 3%.
Este ajuste se produce en un contexto de mejores perspectivas en las relaciones entre Estados Unidos y China. La confirmación de una próxima reunión entre el presidente Donald Trump y su homólogo Xi Jinping, con el objetivo de mitigar la latente guerra comercial, ha influido en el sentimiento del mercado. Un posible acuerdo entre ambas potencias económicas podría aliviar las tensiones geopolíticas que tradicionalmente impulsan la demanda de activos refugio, como el oro.
La reciente racha alcista, que comenzó a mediados de agosto y culminó con un máximo histórico de 4.381,52 dólares la onza el lunes, se detuvo abruptamente al día siguiente. Los inversores aprovecharon este pico para tomar ganancias, desencadenando una ola de ventas. Esta caída coincidió con una notable salida de fondos cotizados en bolsa (ETF) respaldados por oro, que el miércoles registraron la mayor disminución diaria en tenencia de metal en los últimos cinco meses, según datos de Bloomberg.
A pesar de esta corrección, el oro acumula un impresionante aumento de más del 55% en lo que va del año. Este rendimiento se atribuye en gran medida al llamado «trade de devaluación», donde los inversores buscan protegerse de los crecientes desequilibrios fiscales evitando la deuda soberana y las monedas, lo que refuerza el atractivo del oro como un activo seguro.
Las expectativas de que la Reserva Federal (Fed) implemente al menos dos recortes adicionales de tipos de interés de 25 puntos básicos cada uno antes de fin de año también han contribuido al interés en el oro, que históricamente se beneficia de un entorno de tipos bajos.
En un intento por protegerse contra posibles fluctuaciones bruscas en el precio del metal, los operadores han aumentado la contratación de opciones. La volatilidad implícita a un mes se mantiene elevada, habiendo alcanzado a principios de semana su nivel más alto desde 2022.
Los inversores también están atentos al índice de precios al consumidor (IPC) de EEUU, cuya publicación el viernes se considera un indicador clave del estado de la economía estadounidense, especialmente tras el reciente cierre del gobierno.
Mientras tanto, el mercado londinense del platino muestra signos de una considerable escasez, con los precios disparándose a una prima de más de 70 dólares la onza frente a los futuros en Nueva York este miércoles. Esta situación ha elevado las tasas de arrendamiento, recordando lo que ocurrió con la plata tras una crisis de liquidez a principios de mes.
A las 7:30 a.m. en Singapur, el oro al contado perdía un 0,4% hasta 4.111,40 dólares la onza. La plata, que había alcanzado un récord la semana pasada, también experimentaba una baja y se dirigía a una pérdida semanal de alrededor del 6%. El Bloomberg Dollar Spot Index se mantenía sin cambios. El paladio cotizaba estable, mientras que el platino también mostraba una ligera disminución.
En resumen, el mercado del oro se encuentra en un punto de inflexión, con factores tanto alcistas como bajistas en juego. La evolución de las relaciones entre Estados Unidos y China, las decisiones de la Reserva Federal y la publicación de datos económicos clave serán determinantes para la trayectoria futura del metal precioso.
