En Estados Unidos, el aumento de los precios de los alimentos ha llevado a muchos trabajadores, como Stacey Ellis, a endeudarse para poder comprar comida. La inflación y el alto costo de vida están generando un descontento creciente que amenaza con influir en las próximas elecciones.
Stacey Ellis, una asistente de enfermería de Pensilvania, nunca imaginó que tendría que endeudarse para comprar comida. Trabajando a tiempo completo y con un segundo empleo a medio tiempo, aún lucha por llegar a fin de mes. «Antes de la inflación no tenía ninguna deuda», comenta Ellis, quien vive en Norristown. «Pero desde que empezó la inflación, he tenido que degradar mi vida por completo».
La inflación ha aumentado un 25% desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo en enero de 2021, afectando a hogares de todo el país. Según Ellis, «cada vez que compro en el supermercado recuerdo cómo las cosas cambiaron para peor».
El aumento de los precios ha presionado a los hogares estadounidenses, especialmente a los más jóvenes y de bajos ingresos. Una encuesta del Pew Research encontró que el 94% de los estadounidenses están preocupados por el alza de los precios de los alimentos. «Estoy atrapado en un bucle», dice Dylan García, un guardia de seguridad de Brooklyn. «Se ha convertido en una inseguridad sacar mi teléfono en la caja registradora y tener que usar programas de ‘compra ahora, paga después’. Es vergonzoso».
La situación ha generado un descontento generalizado que podría influir en las próximas elecciones. Katie Walsh, una maquilladora de Pensilvania que votó por Trump en 2020, afirma que lo hará nuevamente. «Sé que es un bocazas, pero al menos sabe cómo gestionar la economía», dice.
No obstante, los analistas sugieren que la economía está mejorando. Los precios de los comestibles han aumentado solo un 1% en los últimos 12 meses y algunas grandes cadenas han anunciado recortes en los precios. Sarah Foster, de Bankrate.com, asegura que «los precios se están desacelerando a un ritmo mucho mayor que los salarios».
Stephen Lemelin, un veterano militar de Michigan, sostiene que, aunque las altas tasas de interés y la inflación son preocupantes, su apoyo a Biden se mantiene firme. «A nadie le gustan las altas tasas de interés o la alta inflación, pero eso no está bajo el control presidencial», afirma.
Este escenario pone de manifiesto la importancia de abordar la inflación y los costos de vida como prioridades urgentes. La situación de trabajadores como Stacey Ellis y Dylan García destaca la necesidad de políticas efectivas que alivien la carga económica y aseguren un futuro más estable para todos.