China ha anunciado la imposición de aranceles temporales de hasta un 62,4% a las importaciones de carne de cerdo y sus derivados procedentes de la Unión Europea (UE). Esta medida, que entrará en vigor el próximo miércoles, es una respuesta a la investigación ‘antidumping’ iniciada por el país asiático en represalia por las tasas impuestas por la UE a los vehículos eléctricos chinos.
El Ministerio de Comercio de China informó a través de un comunicado en su página web que la tasa máxima del 62,4% se aplicará a las empresas que no cooperen con la investigación. Para aquellas compañías que sí colaboren, el arancel se reducirá al 20%. Sin embargo, para las empresas tomadas como muestra en la investigación, los aranceles variarán entre el 15,6% para la española Litera Meat y el 32,7% para la holandesa Vion.
Esta investigación, iniciada en junio de 2024 a instancias de la Asociación de Ganadería de China, busca determinar si las importaciones de carne de cerdo de la UE están incurriendo en prácticas de competencia desleal que perjudican al sector porcino chino. Originalmente, se esperaba que la investigación concluyera antes del 17 de junio de 2025, pero Beijing extendió el plazo hasta el 16 de diciembre, advirtiendo sobre la posibilidad de una prórroga adicional de seis meses en caso de circunstancias especiales.
La investigación se centra en la carne de cerdo y la casquería, tanto refrigeradas como congeladas, así como en la grasa de este animal y sus derivados, incluyendo los provenientes de vísceras. España figura entre los principales proveedores de estos productos a China.
La imposición de estos aranceles intensifica las tensiones comerciales entre China y la Unión Europea. La carne de cerdo es un componente crucial en el comercio entre ambas partes, y la medida china podría tener un impacto significativo en los productores europeos.
Esta no es la primera vez que China toma medidas similares en respuesta a políticas comerciales de otros países. Recientemente, Estados Unidos impuso derechos antidumping preliminares del 93,5% a las importaciones chinas de grafito, un material esencial en la fabricación de baterías, alegando que estos materiales estaban siendo subsidiados de manera injusta. Estos aranceles, que podrían elevar el gravamen efectivo hasta el 160%, también responden a una investigación sobre posibles violaciones a las leyes antidumping por parte de empresas chinas.
La situación del grafito, al igual que la de la carne de cerdo, subraya la creciente tensión en las cadenas de suministro globales, especialmente en sectores estratégicos como el de los vehículos eléctricos. Las restricciones impuestas por China a la exportación de minerales críticos y tecnología de baterías ya están generando presión en la industria, y los nuevos aranceles a la carne de cerdo podrían exacerbar aún más las tensiones comerciales y aumentar los costos para los consumidores y las empresas.
El anuncio de estos aranceles sobre la carne de cerdo europea se produce en un momento en que las relaciones comerciales entre China y la UE están bajo escrutinio. La decisión de China de investigar las importaciones de carne de cerdo y la posterior imposición de aranceles se consideran una respuesta directa a las preocupaciones de la UE sobre las prácticas comerciales chinas en otros sectores, como el de los vehículos eléctricos. La situación sigue evolucionando y es probable que se produzcan nuevas negociaciones y medidas en los próximos meses.