Bab el Mandeb, traducido como «la puerta de las lágrimas» en árabe, es mucho más que un estrecho marítimo; es un corredor histórico, un nexo comercial y, en los tiempos actuales, un foco de tensiones geopolíticas. Este pasaje, que conecta el mar Rojo con el golfo de Adén, ha sido testigo de peligros y desafíos a lo largo de la historia, desde la piratería hasta conflictos armados.
Con 115 kilómetros de extensión y 36 kilómetros en su punto más estrecho, Bab el Mandeb ha sido esencial para el comercio internacional, desde las expediciones del antiguo Egipto hasta las rutas comerciales de imperios como Roma y las potencias europeas. Aunque perdió algo de relevancia con la apertura del Canal de Suez en 1869, sigue siendo una vía crucial en la actualidad.
La importancia estratégica de este estrecho se destaca por su proximidad a conflictos, especialmente la guerra civil en Yemen, donde los hutíes, insurgentes chiítas, han atacado embarcaciones, provocando respuestas de potencias como EE.UU. y el Reino Unido.
Este pasaje marítimo es uno de los más transitados del mundo, facilitando aproximadamente el 25% del comercio marítimo global. Cada día, unos 4.5 millones de barriles de petróleo y el 8% del gas natural licuado (GNL) mundial pasan por aquí. Interrupciones en Bab el Mandeb afectan directamente los precios del petróleo y generan costos adicionales para el transporte marítimo.
Desde la piratería hasta el bloqueo del Canal de Suez en 2021, los incidentes en esta zona han tenido consecuencias significativas para el comercio mundial. Los recientes ataques de los hutíes en esta área, justificados como respuesta a eventos en Gaza, están generando preocupación y afectando a buques sin conexión con el conflicto.
En este contexto, la seguridad en Bab el Mandeb se vuelve esencial, y las potencias mundiales mantienen una presencia militar para garantizar la estabilidad en este crítico corredor marítimo. En un mundo cada vez más interconectado, los eventos en lugares como este estrecho no solo afectan a las naciones directamente involucradas, sino que reverberan a nivel global, recordándonos la fragilidad y la importancia de nuestras rutas comerciales internacionales.