La Champions League inicia su segunda edición bajo un formato innovador que, en su debut, trajo consigo sorpresas y emociones intensas, culminando con la coronación de un nuevo campeón europeo. Ahora, los mejores clubes del continente se preparan para una nueva batalla que promete ser aún más emocionante. El puntapié inicial se dará esta semana con una ronda inaugural de partidos distribuidos a lo largo de tres días.
En mayo pasado, el Paris Saint-Germain (PSG) se alzó con el título tras una victoria contundente de 5-0 sobre el Inter de Milán en la final. Sin embargo, su camino hacia la gloria no fue un lecho de rosas, ya que estuvo al borde de la eliminación en la fase inicial. Precisamente, este nivel de incertidumbre y dramatismo es lo que la UEFA buscaba al implementar esta reforma radical en la competición.
El adiós a los tradicionales grupos de cuatro equipos, donde los favoritos solían avanzar sin mayores contratiempos, dio paso a una fase de liga donde cada partido cuenta. Este nuevo esquema mantuvo la tensión hasta la última jornada, con equipos de la talla del Real Madrid, Manchester City y el propio PSG luchando por asegurar su destino.
A pesar de que uno de los equipos más poderosos y costosos del mundo se llevó el título, la Champions League presenció la adición de un nuevo nombre a su prestigioso palmarés. El cambio de formato inyectó un nivel de imprevisibilidad que no se veía en años.
La UEFA introdujo una fase de liga con 36 equipos en reemplazo del antiguo formato de ocho grupos de cuatro. Esto implica más equipos, más partidos y, por ende, más ingresos. Pero, sobre todo, la temporada pasada significó un mayor riesgo para la élite del fútbol europeo. En lugar de enfrentarse dos veces a cada rival de grupo, los equipos disputan un único encuentro contra ocho oponentes diferentes.
El sorteo para la fase de liga se realiza con cuatro bombos de clasificación, ubicando a los equipos de mayor ranking en el primer bombo y a los de menor jerarquía en el cuarto. Cada equipo es sorteado para jugar contra dos oponentes de cada bombo. Esto genera más duelos directos entre los pesos pesados desde la fase inicial. Por ejemplo, el Real Madrid podría cruzarse con el Liverpool y el Manchester City, mientras que el PSG podría enfrentarse al Barcelona y al Bayern Múnich.
Si bien el formato no garantiza que un equipo de una liga menor como la noruega o la suiza se alce con el título, sí ofrece a los equipos de menor ranking más oportunidades para sumar puntos y avanzar a los playoffs o a los octavos de final. Esto se debe a que tienen asegurados dos partidos contra oponentes del cuarto bombo, enfrentándose a equipos de nivel similar en lugar de ser arrollados por la élite.
La temporada pasada, equipos como el Brest y el Brujas lograron avanzar a los playoffs, mientras que el Young Boys y el Slovan Bratislava no pudieron sumar puntos.
Los ocho mejores equipos de la fase de liga avanzan directamente a los octavos de final. Los siguientes 16 equipos disputan un playoff a doble partido, del cual avanzan ocho. El noveno clasificado se enfrenta al 24º, el décimo al 23º, y así sucesivamente. El año pasado, esto generó un enfrentamiento de alto voltaje en los playoffs entre dos excampeones, el Real Madrid y el Manchester City, con la eliminación del City.
La clasificación en la fase de liga no es determinante. El Liverpool lideró la fase de liga, superando al Real Madrid, AC Milan y Bayer Leverkusen, pero se topó con el PSG en los octavos de final. A pesar de haber quedado 14 puestos por debajo del Liverpool y con ocho puntos menos, el PSG salió victorioso y levantó el trofeo.
El recién coronado campeón mundial, el Chelsea, regresa a la Champions League con una visita al Bayern Múnich. El PSG comenzará la defensa de su título contra el Atalanta de Italia, y el Liverpool tendrá un duro encuentro en casa contra el Atlético de Madrid. El Newcastle recibirá al Barcelona, y el City se enfrentará al campeón italiano, el Napoli.
Tras una larga espera, el PSG finalmente conquistó Europa la temporada pasada. El desafío ahora es mantenerse en la cima y emular lo que solo el Real Madrid ha logrado en la era de la Liga de Campeones: retener el trofeo. El estilo arrollador del equipo de Luis Enrique pareció marcar el comienzo de una nueva era en el fútbol europeo, pero revalidar el título es una tarea ardua.
Equipos como el Liverpool, con una inversión millonaria, y el Real Madrid, con un nuevo entrenador como Xabi Alonso, se han reforzado para destronar al gigante francés. La reconstrucción del City de Pep Guardiola también ha implicado una gran inversión en fichajes.
La final de la Liga de Campeones se disputará el 30 de mayo de 2026 en el Puskas Arana de Budapest.