Hace 16 años, el 23 de junio de 2008, Disney-Pixar estrenó una de sus películas más icónicas: «WALL-E». Esta cinta animada no solo cautivó al público con su emotiva historia y su visión de un futuro distópico dominado por la tecnología, sino que también dejó una huella profunda en el cine por los secretos y desafíos que implicó su producción.
Inspiración en Desastres y Realidades
Para imaginar el mundo devastado que habita WALL-E, los artistas de Pixar se inspiraron en la catástrofe nuclear de Chernóbil de 1986 y en la ciudad de Sofía, Bulgaria, conocida por sus problemas de gestión de residuos. Anthony Christov, director de arte búlgaro, y Ralph Eggleston, diseñador de producción, jugaron un papel crucial en plasmar esta desolación en la pantalla. Eggleston decidió utilizar una paleta de colores blanqueados para enfatizar la vulnerabilidad del pequeño robot en un paisaje vasto y desierto.
Un Desafío de Producción Monumental
La producción de «WALL-E» fue una de las más complejas de Pixar, superando en esfuerzo a «Monsters, Inc.». Mientras que la mayoría de las películas de Pixar requerían alrededor de 75,000 guiones gráficos, «WALL-E» necesitó 125,000. El diseño del protagonista, inspirado en compactadores de basura y tanques de guerra, así como sus ojos basados en binoculares, reflejan la meticulosa atención al detalle.
EVA, por otro lado, fue concebida como una máquina avanzada, con un diseño influenciado por el creador del iPod, Jonathan Ive. Los ojos de EVA se basaron en el juguete Lite-Brite, limitando sus expresiones emocionales, pero resaltando su forma futurista y flotante.
Influencias de Maestros del Cine Mudo
Lograr que el público empatizara con WALL-E, un personaje que no habla, fue un reto significativo. El equipo de Pixar se inspiró en los maestros del cine mudo como Charles Chaplin y Buster Keaton. Durante casi un año, los animadores estudiaron sus películas para aprender a transmitir emociones solo mediante gestos y movimientos.
Andrew Stanton, director de «WALL-E», destacó que la «gran cara de piedra» de Keaton fue crucial para entender cómo animar a WALL-E, cuyas expresiones son limitadas pero poderosas. Esta influencia permitió que la película se sostuviera en una narrativa visual fuerte y una animación detallada, evitando la dependencia excesiva en diálogos.
Innovaciones en Diseño de Sonido
El sonido en «WALL-E» también fue un campo de innovación. Ben Burtt, conocido por su trabajo en «Star Wars», creó 2,400 archivos de audio para la película. Utilizando técnicas tradicionales y sonidos de la naturaleza, como el viento grabado en las cataratas del Niágara, Burtt logró dar vida al entorno y los personajes de «WALL-E» de manera creíble y evocadora.
Expansión del Universo de WALL-E
Aunque no se planea una secuela, el universo de «WALL-E» ha continuado expandiéndose a través de cortometrajes y series. En 2019, Pixar lanzó «Pixar en la Vida Real», donde WALL-E protagoniza varios episodios sorprendiendo a los habitantes de Nueva York.
«WALL-E» sigue siendo un clásico indiscutible de Disney-Pixar, recordado tanto por su éxito financiero como por su innovadora y conmovedora narrativa. La combinación de un detallado diseño de producción, influencias de maestros del cine mudo y una avanzada creación de sonido consolidan a «WALL-E» como una obra maestra del cine animado.
Esta película, que recaudó 521 millones de dólares con un presupuesto de 180 millones, no solo contó una historia de amor y redención, sino que también elevó los estándares del cine animado, dejando un legado que continúa inspirando a nuevas generaciones de cineastas y amantes del cine.