El contralor general de Panamá, Gerardo Solís, ha declarado esta semana que la salud de la economía panameña es «una de las mejores del continente», respaldando su afirmación con datos macroeconómicos que, según él, demuestran un manejo responsable de las finanzas públicas.
Solís señaló que, a pesar de los retos enfrentados, Panamá iba camino a tener la mejor economía de la región este año. Sin embargo, advirtió que «habrá afectaciones producto del rechazo de algunas actividades importantes», sin especificar cuáles.
En cuanto a la deuda pública, el contralor reconoció un crecimiento significativo, atribuyéndolo principalmente a la pandemia de COVID-19. Actualmente, la deuda se sitúa en 49,737 millones de dólares, cuando, según Solís, debería estar en 40,000 millones. «Si no hubiésemos tenido pandemia, hubiera sido de 30% versus 60%», explicó.
A pesar de este incremento en la deuda, Solís destacó otros indicadores positivos. Mencionó que la inflación en Panamá es una de las más bajas de la región y que se ha logrado una disminución en la planilla estatal.
El contralor también puso de relieve la labor de fiscalización realizada por la Contraloría General, calificándola de «titánica». Informó que se han evaluado más de 4 millones de documentos de afectación fiscal, de los cuales 46,357 han sido refrendados, mientras que más de 4,000 están en proceso de corrección.
Solís aprovechó para solicitar la aprobación de un crédito adicional, destinado principalmente a la realización del censo agropecuario. El 52% de estos fondos se utilizaría para la contratación de supervisores y empadronadores.
Finalmente, el contralor enfatizó el uso prudente de los recursos institucionales, mencionando que incluso se han dejado fondos sin usar debido a los ahorros realizados, los cuales se destinan al beneficio del personal de la entidad.
Estas declaraciones del contralor Solís presentan un panorama optimista de la economía panameña, aunque reconocen los desafíos enfrentados y por venir. La gestión de la deuda pública y la continuidad de las políticas de austeridad y fiscalización serán cruciales para mantener esta tendencia positiva en el futuro próximo.