Hoy, amanece México dándole una lección histórica a Iberoamérica. Morena, el Partido de los Trabajadores, El Partido Verde y otras fuerzas progresistas de su territorio Azteca, donde muchos de sus dirigentes fueron víctimas políticas del degradado PRI y más recientemente perseguidos del PRD Mexicano, lograron organizar un movimiento contestatario contra una historia de persecuciones, fraudes electorales internos, terrorismo político, campaña de desacreditación de muchos de sus líderes que con discursos reivindicativos en contra de la inmoralidad, no ética, corrupción y un largo etc., marco la vida de la sociedad política mexicana con doble discurso y doble moral, como se ha dado también en Panamá en los últimos 20 años.
Un PRI poderoso y un PRD Mexicano emergente terminaron siendo aliados de los partidos ultraconservadores mexicanos convirtiéndose en dos partidos pequeños bisagras de la política electoral mexicana.
En Panamá tenemos que vernos en ese espejo y repensar nuestros errores y fracasos. Haber abandonado los discursos y compromisos nacionalistas, progresistas y reivindicativos mutilaron nuestra capacidad de renovarnos en forma permanente y ser voceros de las necesidades de un pueblo que logro desmantelar la última estaca colonial de América y eliminar 14 bases militares en nuestro pequeño territorio.
En las elecciones Mexicanas no solo gano después de 200 años una Mujer con valores y principios, con un senado bajo el control de dos tercios de su Partido Morena y la mayor votación abrumadora a su favor y en favor del legado histórico del Presidente López Obrador que ha dejado cimentado una hoja de ruta para consolidar un mejor futuro para las clases populares y progresista de la nación Azteca y su historia admirable, repetible e imitable por una Iberoamérica que necesita consolidar cambios con valores que impulsen la lucha contra la corrupción y en favor de un progreso integral y compartido.
El pueblo mexicano y sus auténticos dirigentes refrendados por una votación masiva son a partir de ahora un ejemplo a seguir en nuestra Iberoamérica, marcado por su dignidad y capacidad de lucha contra el statu quo y la imposición sutil de los intereses foráneos.
Que los lobos vestidos de ovejas no sean tan oportunistas de utilizar la victoria de un pueblo digno para ocultar el verdadero discurso falsario que siempre salen a relucir en estas coyunturas épicas de la lucha progresista Indoamericana.
¡VIVA MÉXICO, ¡VIVA IBEROAMERICA!
¡VIVA EL RECUERDO DE LA RENOVACIÓN MEXICANA DE PRINCIPIO DEL SIGLO XX!
Humberto López-Tirone
Embajador de Panamá en Portugal 1994-1999
Embajador de Panamá en España 2004-2008
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