En un giro drástico de los acontecimientos, Polonia ha habilitado a Ucrania para utilizar las armas que le ha suministrado contra territorio ruso. Esta medida sin precedentes se produce tras el apoyo del presidente francés Emmanuel Macron a «neutralizar las bases rusas» desde las que se lanzan misiles hacia ciudades ucranianas.
El viceministro polaco de Defensa, Cezary Tomczyk, confirmó que «Ucrania tiene el derecho a luchar y defenderse como crea oportuno» y que «no hay restricciones en cuanto al uso de las armas polacas» enviadas a Kiev. Instó además a otros países aliados a permitir lo mismo con el armamento suministrado por ellos.
Esta decisión desafía abiertamente las advertencias del presidente ruso Vladimir Putin, quien amenazó con atacar objetivos occidentales si se utiliza armamento de la OTAN contra Rusia. En un tono inquietante, Putin advirtió a los «países pequeños» de Europa sobre las «graves consecuencias» que enfrentarían, evocando incluso un «conflicto global».
Mientras tanto, las posturas de los aliados occidentales se mantienen divididas. Alemania aboga por un uso «dentro del derecho internacional», mientras que Estados Unidos no aconseja atacar dentro de Rusia. Por su parte, Reino Unido reconoce la «necesidad de defensa» de Ucrania.
En medio de esta creciente tensión, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky asistirá el 6 de junio a las conmemoraciones del Día D en Francia, donde se espera que los líderes mundiales discutan los próximos pasos en el respaldo a Ucrania.
La situación se encuentra al borde de una peligrosa escalada, y el mundo observa con cautela cómo se desarrollan los acontecimientos en esta guerra sin cuartel.