La acumulación de desechos en las calles de San Francisco ha desatado una crisis sin precedentes, poniendo en tela de juicio las competencias y obligaciones de las autoridades involucradas. Mientras la junta comunal y la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD) se señalan mutuamente, los residentes del corregimiento se ven atrapados en un caos maloliente y potencialmente peligroso para la salud pública.
Según la ley, la operación del servicio de recolección de basura recae exclusivamente en la AAUD. Sin embargo, la Constitución y la ley de descentralización otorgan a la junta comunal la responsabilidad de velar por que su comunidad reciba todos los servicios necesarios y de supervisar su adecuado cumplimiento.
En un intento por desenredar este entuerto legal y administrativo, Serena Vamvas, representante electa de San Francisco, se reunió con autoridades de la AAUD y la empresa contratada Veolia. Actualmente, Veolia recoge cerca de 1700 toneladas de basura al mes en el área, pero su contrato expira el 17 de julio, dejando un vacío preocupante.
Pero el verdadero talón de Aquiles de esta crisis es la deuda millonaria que la AAUD mantiene con Veolia, superando los 3.2 millones de dólares. Esta situación financiera precaria pone en riesgo la continuidad del servicio y deja entrever los profundos problemas que aquejan a la autoridad encargada del aseo capitalino.
Mientras las autoridades se apuntan con el dedo, los residentes de San Francisco claman por soluciones concretas y asumen el costo de esta negligencia con su salud y su calidad de vida. ¿Logrará la próxima administración desenredar esta madeja y restablecer un servicio eficiente?