A tan solo seis meses de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la inflación se ha convertido en uno de los principales dolores de cabeza para los votantes. En un intento por aliviar esta situación, el presidente Joe Biden ha anunciado la liberación de un millón de barriles de gasolina de las reservas estratégicas del país.
Esta medida, que busca aumentar el suministro y, por consiguiente, reducir los precios en los surtidores, se producirá entre el festivo del Día de los Caídos y el 4 de julio, marcando el inicio de la temporada de verano y uno de los períodos de mayor demanda de combustible.
Con los precios de la gasolina rondando los 3,60 dólares por galón a nivel nacional, la Casa Blanca busca enviar una señal de que está tomando medidas concretas para abordar una de las principales preocupaciones de los estadounidenses, según una reciente encuesta de la consultora Gallup.
Esta no es la primera vez que Biden recurre a las reservas estratégicas para intentar contener la inflación. Desde que asumió la Presidencia en 2021, ha utilizado esta herramienta en varias ocasiones, incluyendo en octubre de 2022, un mes antes de las elecciones legislativas de mitad de mandato.
Sin embargo, la efectividad de esta estrategia es cuestionada por algunos expertos, quienes argumentan que su impacto en los precios suele ser limitado y temporal. Además, el expresidente Donald Trump, quien se perfila como el principal rival de Biden en las próximas elecciones, ya ha arremetido contra esta decisión.
En un contexto político altamente polarizado y con la inflación como uno de los temas centrales de la contienda electoral, las próximas semanas serán cruciales para determinar si la liberación de gasolina de las reservas estratégicas logra su objetivo de calmar los precios y, en consecuencia, influir en las percepciones de los votantes.