Guyana se mantiene en máxima alerta ante el reciente despliegue de tropas venezolanas en la disputada región del Esequibo, área que históricamente ha sido motivo de conflicto entre ambas naciones. En un anuncio sorpresivo, el vicepresidente Bharrat Jagdeo confirmó que Venezuela ha tomado por la fuerza la isla de Ankoko y la zona de Punta Barima, cerca de la frontera con Guyana.
Esta escalada militar sin precedentes amenaza con desatar una crisis diplomática de proporciones enormes en la región. Jagdeo enfatizó que Guyana trabaja en estrecha coordinación con sus aliados para proteger su integridad territorial y soberanía. «Estamos muy atentos, observamos los acontecimientos y nuestra principal ocupación es mantener nuestra integridad territorial y soberanía», declaró.
Imágenes de satélite reveladas por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) muestran la expansión de la base militar venezolana en Ankoko y Punta Barima, lo que contradice los acuerdos previos de mantener la zona como un área de paz. Esta provocación de Venezuela podría tener graves consecuencias geopolíticas en la región.
A pesar de los compromisos asumidos en enero para continuar el diálogo y avanzar en las relaciones bilaterales, la controversia por el Esequibo sigue siendo un punto de fricción crítico. Mientras Venezuela defiende el Acuerdo de Ginebra de 1966, Guyana se basa en el laudo arbitral de 1899 y busca una resolución a través de la Corte Internacional de Justicia.
En medio de esta tensión creciente, la comunidad internacional observa con preocupación los próximos movimientos de ambas naciones. ¿Prevalecerá el diálogo o se avivará aún más el fuego de un conflicto territorial que amenaza con desestabilizar la región?