Panamá atraviesa uno de los momentos más delicados en materia de salud pública de los últimos años. El aumento acelerado de casos de influenza y otros virus respiratorios ha encendido todas las alarmas, mientras los hospitales, especialmente los pediátricos, operan al borde del colapso.
En la Ciudad de la Salud, las hospitalizaciones pediátricas ya superan el 90 % de ocupación, una cifra crítica que refleja la magnitud del problema. Camas llenas, salas saturadas y personal médico trabajando al límite describen un escenario que, de no controlarse a tiempo, podría escalar a una crisis sanitaria nacional.
El principal foco de preocupación es la influenza A H3N2, una cepa conocida por ser más agresiva y con mayor capacidad de generar complicaciones graves, especialmente en niños pequeños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. La situación se agrava aún más ante la escasez o limitada disponibilidad de vacunas específicas, lo que deja a una parte importante de la población expuesta al contagio.
Niños, los más afectados
Los hospitales pediátricos están recibiendo diariamente a menores con cuadros severos de fiebre alta, dificultad respiratoria, deshidratación y complicaciones pulmonares. Muchos de estos casos requieren hospitalización inmediata e incluso cuidados intensivos, elevando la presión sobre un sistema que ya muestra signos claros de saturación.
Médicos y especialistas advierten que no se trata de una gripe común. La combinación de influenza, virus sincitial respiratorio y otros patógenos respiratorios está provocando infecciones más prolongadas, más severas y con mayor riesgo de complicaciones.
Sistema de salud bajo máxima presión
La alta demanda ha obligado a realizar traslados de pacientes, reorganizar áreas hospitalarias y utilizar recursos de emergencia para poder responder a la avalancha de casos. Sin embargo, el margen de maniobra es cada vez menor.
De mantenerse esta tendencia, el sistema de salud podría verse superado, afectando no solo a pacientes con enfermedades respiratorias, sino también a quienes requieren atención por otras condiciones médicas.
Llamado urgente a la población
Las autoridades sanitarias y el personal médico insisten en que *el momento de actuar es ahora*. Se hace un llamado urgente a:
- Buscar vacunación disponible lo antes posible.
- No subestimar síntomas como fiebre persistente, tos severa o dificultad para respirar.
- Evitar la automedicación.
- Reforzar medidas de prevención como higiene constante, uso de mascarillas en espacios cerrados y evitar llevar niños enfermos a escuelas o guarderías.
Una advertencia clara
Panamá está ante una ventana crítica. Ignorar la gravedad del repunte de influenza H3N2 y otros virus respiratorios podría traducirse en más hospitalizaciones, más complicaciones y, en el peor de los escenarios, más pérdidas humanas.
La alerta está encendida. La pregunta ya no es si el sistema puede resistir, sino cuánto tiempo más puede hacerlo sin medidas contundentes y una respuesta colectiva responsable.
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