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El fútbol ha entregado una nueva historia de sacrificio extremo. Tras la intensa final del Mundial de Clubes, el técnico del PSG, Luis Enrique, dejó al mundo del deporte boquiabierto al revelar que su guardameta jugó y fue figura en la tanda de penales con una fractura en su mano.
El momento de la lesión
Según el relato del entrenador español, la fractura se produjo precisamente durante el «penal de la polémica» a favor de Flamengo. El impacto del balón o el contacto en la jugada provocó la lesión ósea, pero lejos de pedir el cambio o amilanarse, el arquero decidió continuar bajo los tres palos para defender el escudo parisino.
Una gesta para la historia
Lo que hace esta hazaña aún más impresionante es el desempeño del portero en la definición desde los doce pasos:
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Dos atajadas clave: Con el hueso ya roto, fue capaz de detener dos disparos del equipo brasileño.
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Resistencia física: Soportó el dolor agudo en una zona crítica para su posición en un escenario de máxima presión internacional.
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Liderazgo silencioso: Luis Enrique destacó que nadie en el campo, ni siquiera los rivales, se percató de la gravedad de la lesión hasta que terminaron las celebraciones.
Las palabras de Luis Enrique
«Lo que ha hecho hoy es algo que pocas veces he visto en mi carrera. Se fracturó la mano en el penal y, aun así, tuvo la valentía de quedarse y detener dos tiros más. Es un ejemplo de compromiso total», declaró el técnico asturiano ante los medios, visiblemente emocionado por la entrega de su jugador.
El guardameta ahora enfrentará un periodo de baja para ser intervenido quirúrgicamente, pero se marcha con el respeto absoluto del mundo del fútbol tras una actuación que ya es leyenda en el club francés.
