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En un paréntesis de la geopolítica global, Donald Trump se prepara para ser el anfitrión del sorteo del Mundial 2026, un evento que se celebrará en Estados Unidos, México y Canadá. A pesar de las tensiones internacionales y los conflictos en curso, Trump aprovechará esta oportunidad para protagonizar un espectáculo que refleja su fascinación por el deporte, el poder y el glamour.
La seguridad en Washington será máxima, comparable a la que se despliega cuando la Casa Blanca recibe a líderes en situación de riesgo, como Volodimir Zelenski o Benjamín Netanyahu. El sorteo tendrá lugar en el Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas, un recinto con historia y simbolismo, administrado actualmente por un diplomático republicano cercano a Trump.
Sin embargo, el evento no estará exento de ausencias notables. Javier Milei, presidente de Argentina, decidió no asistir a la ceremonia, privando a Trump de una figura aliada clave. Lionel Messi, por su parte, se quedará en Miami para disputar la final de la MLS. A pesar de estas ausencias, Argentina estará representada por Lionel Scaloni, el técnico de la selección nacional, y Claudio Tapia, presidente de la AFA.
La ausencia de Milei ha generado sorpresa en el círculo cercano a Trump, quienes no comprenden por qué el presidente argentino declinó participar en un evento de tal magnitud histórica y política. Se esperaba que Milei ocupara un lugar preferencial junto a Trump, e incluso se había programado una visita a la Casa Blanca antes del sorteo.
Por otro lado, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el primer ministro de Canadá, Mark Carney, sí estarán presentes en el Kennedy Center. A pesar de las tensiones comerciales con Estados Unidos, ambos mandatarios se reunirán con Trump, mostrando una imagen de unidad en el marco del Mundial 2026. Tras el sorteo, se espera que Sheinbaum y Carney se dirijan a la Casa Blanca para sostener una reunión con el presidente estadounidense.
El sorteo del Mundial 2026 también servirá como escenario para reafirmar la postura de Trump frente a Irán. La administración estadounidense denegó las visas a los delegados iraníes, impidiéndoles asistir al evento debido a la política de confrontación con el régimen teocrático. A pesar de los intentos de la FIFA por mediar, la respuesta de Estados Unidos fue firme: no permitir la entrada de representantes iraníes.
Para Trump, el año 2026 se perfila como un período clave para consolidar su legado y fortalecer su posición política. Además del Mundial de Fútbol, Estados Unidos será sede del G20 en Miami y celebrará el 250 aniversario de la Revolución del 4 de Julio. Estos eventos, marcados por la impronta del líder republicano, serán cruciales para impulsar su agenda política y debilitar al Partido Demócrata en las elecciones de medio término.
En el marco del sorteo, Gianni Infantino, presidente de la FIFA, anunció la creación del Premio FIFA de la Paz, un reconocimiento a quienes trabajan por la resolución de conflictos y la promoción de la unidad. El nombre del ganador se mantiene en secreto, generando expectativas en torno a este nuevo galardón.
Así, el sorteo del Mundial 2026 se presenta como un evento multifacético, donde el deporte se entrelaza con la política, la diplomacia y las estrategias de posicionamiento de figuras clave como Donald Trump.
