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Moldavia ha intensificado su postura frente a Rusia, exhibiendo públicamente un dron de fabricación rusa que se estrelló en su territorio. El incidente, calificado como una grave violación de la soberanía moldava, llevó a la convocatoria del embajador ruso en Chisinau, Oleg Ozerov, al Ministerio de Relaciones Exteriores. Este acto se produce en un contexto de crecientes tensiones entre ambos países, marcadas por repetidas incursiones en el espacio aéreo moldavo desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania en 2022.
La exhibición del dron, un modelo Gerbera recuperado por la policía moldava, tuvo lugar frente a la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores. El gobierno moldavo publicó un video en redes sociales que muestra a Ozerov saliendo del edificio y pasando junto al dron marcado con una ‘Z’ roja, símbolo asociado con el apoyo a la invasión rusa de Ucrania. Este gesto público subraya la firmeza de Moldavia en su condena a las acciones de Rusia.
El incidente específico que desencadenó la protesta formal ocurrió cuando un dron se estrelló contra una casa en un pueblo del noreste de Moldavia, cerca de la frontera con Ucrania. Según el gobierno moldavo, este fue el sexto dron que violó su espacio aéreo. El Ministerio de Relaciones Exteriores entregó a Ozerov una nota de protesta, calificando el sobrevuelo ilegal como «totalmente inaceptable» y una «grave violación de la soberanía» moldava.
La respuesta del embajador ruso, Oleg Ozerov, intentó minimizar la importancia del incidente. Cuestionó cómo el dron pudo haber impactado un tejado sin causar daños significativos, insinuando una posible manipulación. «¿Se lo creen?», preguntó, aludiendo a «los numerosos intentos de dañar nuestras relaciones con Moldavia, que ya se encuentran en su punto más bajo de la historia».
Las relaciones entre Moldavia y Rusia se han deteriorado significativamente en los últimos años. Moldavia, una pequeña república exsoviética ubicada entre Ucrania y Rumanía, ha expulsado a decenas de diplomáticos y empleados de la embajada rusa en respuesta a las continuas violaciones de su espacio aéreo. Además, el gobierno proeuropeo de Moldavia ha tomado medidas para distanciarse de la influencia rusa, incluyendo la aprobación de un proyecto de ley para cerrar un centro cultural ruso, considerado por las autoridades moldavas como «en absoluto cultural». Esta medida, aunque condenada por el Kremlin y la oposición prorrusa en Moldavia, refleja la determinación del gobierno moldavo de reafirmar su soberanía y su orientación hacia la integración europea. El proyecto de ley está a la espera de la aprobación final del Parlamento, y el cierre del centro está previsto para el verano de 2026.
La situación en Moldavia es un reflejo de las tensiones geopolíticas más amplias en la región, con la guerra en Ucrania como telón de fondo. La continua presencia militar rusa en la región y las frecuentes violaciones del espacio aéreo moldavo plantean serias preocupaciones sobre la seguridad y la estabilidad del país. La firme respuesta de Moldavia, incluyendo la exhibición del dron y la convocatoria del embajador ruso, demuestran la creciente determinación del país de resistir la presión rusa y defender su soberanía.
