Guinea-Bissau enfrenta una nueva crisis política tras un golpe de Estado liderado por militares que tomaron el control del país este miércoles, suspendiendo el proceso electoral y cerrando las fronteras. La acción se produce apenas tres días después de las elecciones legislativas y presidenciales, marcadas por la controversia y la incertidumbre.
Según reportes de la AFP, personal militar anunció la toma del poder mediante un comunicado leído en la sede del ejército en Bissau, la capital del país. Horas antes, fuertes disparos resonaron en el centro de la ciudad, mientras soldados tomaban posiciones estratégicas, incluyendo el acceso al palacio presidencial. Testigos informaron sobre la detención del presidente saliente, Umaro Sissoco Embaló, aunque esta información no ha sido confirmada de manera independiente.
La situación generó pánico entre la población, con cientos de personas huyendo de la zona central de Bissau en busca de refugio. Una fuente anónima del Ministerio del Interior y Orden Público declaró al diario local O Democrata que hombres armados irrumpieron en la sede de la Comisión Electoral Nacional y supuestamente intentaron atacar el palacio presidencial. El semanario Jeune Afrique reportó que Embaló confirmó su detención, atribuyendo el golpe al jefe del Estado Mayor del Ejército.
Todas las vías de acceso al palacio presidencial permanecen bloqueadas por soldados fuertemente armados, incluyendo las cercanías de la Embajada de Portugal. La situación ha generado gran incertidumbre sobre el futuro político del país.
Este golpe de Estado se produce en un contexto de profunda polarización política. Tanto el presidente Embaló como su principal rival, Fernando Dias da Costa, se proclamaron vencedores en las elecciones del domingo. Oscar Barbosa, portavoz de la campaña de Embaló, declaró que no habría segunda vuelta, mientras que Dias da Costa afirmó haber ganado en la primera ronda. Los resultados oficiales provisionales estaban previstos para este jueves.
La exclusión del principal líder de la oposición, el ex primer ministro Domingos Simões Pereira, también añadió tensión al proceso electoral. Pereira y su partido, el PAIGC, fueron excluidos de la contienda por supuestas razones técnicas, lo que generó acusaciones de manipulación por parte de la oposición.
Guinea-Bissau es un país marcado por la inestabilidad política. Desde su independencia de Portugal en 1974, ha sufrido cuatro golpes de Estado exitosos y múltiples intentos fallidos. Además, es uno de los países más pobres del mundo y un centro para el tráfico de drogas entre América Latina y Europa, situación que se ve exacerbada por la inestabilidad política.
Observadores de misiones internacionales, incluyendo la de la Unión Africana, habían calificado las elecciones del domingo como “democráticas, libres y participativas”. Sin embargo, la crisis actual pone en duda la estabilidad del país y su futuro político.
La situación en Guinea-Bissau sigue siendo fluida y la comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos. Se espera que en los próximos días se conozcan más detalles sobre la situación y el futuro del país.
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