Por: Aldo López Tirone
Panamá vive un momento crucial. La indignación ciudadana frente a los escándalos de corrupción ya no es solo un murmullo: es un clamor nacional. Cada día se destapan nuevos casos que revelan cómo, durante las últimas administraciones, políticos y empresarios deshonestos se enriquecieron a costa del Estado, mientras miles de panameños luchan por oportunidades básicas, salud digna, educación de calidad y un sistema de seguridad social que funcione.
Frente a esta realidad, es necesario tomar acciones concretas y estructurales. No basta con discursos, ni con comisiones temporales que se diluyen en el tiempo. Ha llegado el momento de crear una institución ágil, autónoma y con dientes.
Ha llegado la hora de crear un INDEP panameño.
Un instituto autónomo para recuperar lo robado
México dio un paso importante al crear el INDEP (Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado), una entidad encargada de administrar, recuperar, subastar y devolver a la ciudadanía los bienes provenientes de actos ilícitos.
Su existencia permitió convertir propiedades, dinero, vehículos, joyas y otros activos incautados en recursos para programas sociales y necesidades del país.
Panamá necesita una institución similar, pero adaptada a nuestra realidad, fortalecida con mecanismos de supervisión ciudadana y blindada contra la politización.
Un INDEP panameño debe ser:
1. Autónomo y descentralizado
No puede depender del Ejecutivo ni de ninguna institución susceptible a presiones políticas. Debe tener independencia financiera y administrativa, con procesos transparentes y auditados en tiempo real.
2. Ágil y operativo
La justicia panameña es lenta, y la burocracia aún más. Si esperamos que todo pase por los mismos mecanismos de siempre, el país perderá décadas recuperando bienes que hoy están siendo dilapidados. Un INDEP eficiente debe tener capacidad para subastar, administrar y reinvertir los activos recuperados sin trabas innecesarias.
3. Con un mandato claro: devolver al pueblo lo robado
Cada centavo recuperado debe ir a donde más se necesita: escuelas, hospitales, carreteras, programas juveniles, seguridad y atención social. La gente debe ver el impacto directo de la lucha contra la corrupción.
4. Con participación ciudadana
Para evitar que el remedio se convierta en una nueva enfermedad, el INDEP debe tener veeduría de la sociedad civil, cámaras empresariales limpias y organizaciones sin interés político.
La corrupción nos robó más que dinero
Nos robó tiempo, oportunidades, sueños. Nos arrebató progreso y nos dejó con obras inconclusas, medicinas vencidas, escuelas en ruinas y carreteras convertidas en trampas mortales.
Cada caso de corrupción es una puñalada al país.
Por eso, ya no podemos seguir tolerando disculpas vacías ni promesas sin acción. Necesitamos un cambio institucional profundo, una estructura que no solo castigue, sino que recupere y devuelva.
Llegó la hora de que paguen los corruptos
Panamá está preparado para un giro histórico. El país ya no quiere nombres en titulares, quiere resultados.
Quiere ver bienes confiscados, fortunas injustificadas congeladas y, sobre todo, quiere ver que cada acto de corrupción tenga consecuencias reales.
Llegó la hora de que paguen los corruptos. Llegó la hora de que paguen los políticos y empresarios deshonestos.
Llegó la hora de devolver al pueblo lo que es del pueblo.
Un INDEP panameño no es solo una idea necesaria: es una deuda moral con la nación.
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