En un giro sorprendente en las tensas relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, el presidente Donald Trump declaró que el dictador venezolano, Nicolás Maduro, le ha ofrecido «de todo» con el fin de evitar un conflicto directo con la nación norteamericana. Las declaraciones, realizadas desde la Casa Blanca, revelan una posible desesperación por parte del régimen venezolano ante la creciente presión internacional y las recientes acciones militares estadounidenses en el Caribe.
Según Trump, Maduro está dispuesto a hacer concesiones significativas porque «no quiere meterse con Estados Unidos». Esta afirmación se produce en un contexto de creciente tensión bilateral, marcado por acusaciones de narcotráfico y un inusual despliegue militar estadounidense en aguas caribeñas.
Reportes del diario The New York Times sugieren que entre los ofrecimientos de Maduro se encuentran la apertura de proyectos petroleros y de oro a empresas estadounidenses, la aprobación de contratos preferenciales, la reorientación de las exportaciones de petróleo de China a Estados Unidos y la finalización de acuerdos mineros y energéticos con China, Irán y Rusia. Estas propuestas, de confirmarse, representarían un cambio drástico en la política económica y exterior de Venezuela.
Además, el Miami Herald informó que la vicepresidenta del régimen venezolano, Delcy Rodríguez, y el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, habrían ofrecido a Estados Unidos la formación de un gobierno de transición sin Maduro para preservar la estabilidad política del país. Sin embargo, ambos funcionarios han negado rotundamente haber realizado tal propuesta.
Las declaraciones de Trump y las informaciones publicadas por diversos medios sugieren que el régimen de Maduro está sintiendo la presión de las sanciones económicas y las acciones militares estadounidenses. Recientemente, fuerzas estadounidenses han destruido varias embarcaciones en el mar Caribe, alegando que estaban vinculadas al narcotráfico y al régimen de Maduro. Trump confirmó el ataque contra una embarcación sumergible, calificándola como «un submarino construido específicamente para el transporte de grandes cantidades de droga».
Ante la pregunta sobre posibles sobrevivientes en el ataque, el secretario de Estado, Marco Rubio, evitó confirmar la información, señalando que habría detalles adicionales disponibles más adelante. Este incidente ha generado controversia y ha aumentado aún más la tensión entre ambos países.
Adicionalmente, Trump anunció que ha autorizado a la CIA a llevar a cabo operaciones encubiertas en Venezuela como parte de su plan para combatir el narcotráfico en la región. Justificó esta decisión argumentando que «mucha de la droga venezolana entra por mar» y que su gobierno tiene la intención de interceptar cargamentos terrestres.
Maduro, por su parte, ha negado las acusaciones de vinculación con actividades ilícitas y ha firmado un decreto para la declaración del estado de conmoción externa, un mecanismo que permitiría la entrada en vigor de una situación de emergencia en caso de una agresión extranjera. El líder venezolano ha reiterado que el mando político y militar de Venezuela se encuentra «más unido que nunca» frente a las amenazas de Washington.
La situación en Venezuela sigue siendo incierta. Mientras Trump afirma que Maduro le ha ofrecido «de todo», el régimen venezolano niega las acusaciones y se prepara para una posible agresión extranjera. El futuro de las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela dependerá de la voluntad de ambas partes para negociar y encontrar una solución pacífica a la crisis.