Un revés legal sacude la política comercial del presidente Donald Trump. Un tribunal de apelaciones de Estados Unidos dictaminó que la imposición de aranceles generalizados por parte de Trump, utilizando la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), carecía de base legal. La decisión, con una votación de 7 a 4, pone en jaque aranceles aplicados a países como China, India, Canadá y México, aunque excluye aquellos relacionados con sectores específicos como el acero y el aluminio.
El tribunal argumentó que la IEEPA, promulgada en 1977, solo autoriza al presidente a actuar en situaciones de emergencia, y la imposición de aranceles no se encuentra explícitamente dentro de estas facultades. Esta sentencia confirma un fallo previo del Tribunal de Comercio de Nueva York, que ya había cuestionado la legalidad de los gravámenes.
A pesar del revés, el tribunal ha dado un respiro temporal al gobierno federal, permitiendo que los aranceles permanezcan en vigor hasta el 14 de octubre. Esto brinda la oportunidad de apelar la decisión ante la Corte Suprema de Justicia, un escenario que Trump parece dispuesto a explorar.
La reacción del expresidente no se hizo esperar. A través de su plataforma Truth Social, Trump defendió la validez de los aranceles, calificando el fallo como «incorrecto» y asegurando que luchará por mantenerlos. Advirtió sobre una «catástrofe total para el país» si se eliminan estas medidas, argumentando que Estados Unidos quedaría «destruido» sin ellas.
Durante su segundo mandato, Trump convirtió los aranceles en una herramienta clave de su política económica internacional, utilizándolos para presionar a socios comerciales y renegociar acuerdos. Desde enero, su administración implementó sucesivas oleadas de impuestos aduaneros, con tasas que oscilan entre el 10% y el 50%, dependiendo del producto y del país de origen. Estos aranceles, que afectan principalmente a productos de consumo importados, han generado tanto ingresos para el gobierno federal como volatilidad en los mercados financieros internacionales.
La decisión judicial deja en el limbo la continuidad de estos gravámenes, a la espera de que la Corte Suprema decida si acepta o no el caso. Si la Corte Suprema se niega a revisar el caso, o si falla en contra del gobierno, los aranceles en cuestión quedarían sin efecto. Esto tendría implicaciones significativas para el comercio internacional y la política económica de Estados Unidos.
La batalla legal sobre los aranceles de Trump continúa, con el destino final de estas medidas en manos de la Corte Suprema. El resultado de esta disputa tendrá un impacto profundo en las relaciones comerciales de Estados Unidos y en la economía global.