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El Partido Revolucionario Democrático (PRD) atraviesa una de sus crisis más profundas en décadas, según reconoce uno de sus propios diputados. Crispiano Adames no escatimó palabras al describir el reciente desempeño electoral de su partido como «una catástrofe» que requiere cambios inmediatos en la dirigencia.
Autocrítica sin filtros
«Fue un hecho inédito, histórico y pésimo», declaró Adames al referirse a los resultados electorales que dejaron al PRD en una posición marginal. El legislador fue contundente al señalar que la actual dirigencia debe dar un paso al costado para permitir el surgimiento de nuevos liderazgos.
La propuesta de Adames es radical: todos los miembros del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) deberían haber presentado sus renuncias para abrir espacio a «líderes emergentes». Sin embargo, reconoce que esta renovación necesaria no se ha materializado.
El gobierno de Cortizo: un lastre para el partido
Las críticas más duras del diputado se centraron en la administración de Laurentino «Nito» Cortizo, a quien responsabiliza directamente del desgaste partidario. «Era un gobierno con poca experiencia política. Tenía PRD, pero no era PRD», señaló Adames, describiendo una gestión «light» que se desconectó de las bases sociales.
Esta desconexión, según el análisis del diputado, se tradujo en una pérdida de identidad partidaria. El PRD, tradicionalmente vinculado a los movimientos sociales, perdió su voz en temas fundamentales como educación, salud, empleo y recursos hídricos.
Torrijos no es la solución
Ante los rumores sobre la formación de un nuevo partido por parte de Martín Torrijos, Adames fue categórico: la renovación debe venir desde adentro del PRD. «La esperanza del colectivo no está en Torrijos, sino en el surgimiento de un nuevo liderazgo dentro del PRD», enfatizó.
El diputado, quien se declara torrijista «por convicción», aseguró que no renunciará al partido y que la transformación es posible aprovechando la base militante de más de 570 mil miembros.
¿Reingeniería o refundación?
La propuesta de Adames incluye una «reingeniería» integral que pase por descentralizar y desconcentrar el poder partidario. Esta transformación, según su visión, requiere una lectura honesta del escenario político actual y la voluntad de cambio que hasta ahora ha estado ausente.
El reconocimiento público de esta crisis por parte de uno de sus propios diputados marca un punto de inflexión para el PRD, que debe decidir si opta por una renovación profunda o enfrenta el riesgo de una mayor fragmentación política en el país.
La autocrítica de Adames llega en un momento crucial para el histórico partido, que debe demostrar si tiene la capacidad de reinventarse o si continuará su declive en el panorama político panameño.
Vea la entrevista completa: Entrevista Crispiano Adames
