Kiev se vistió de luto el viernes tras un devastador ataque ruso con drones y misiles que dejó un saldo de 31 muertos, entre ellos cinco niños, y más de 150 heridos, según informaron las autoridades. El presidente Volodímir Zelenski lamentó que la víctima más joven tenía apenas dos años, y que 16 de los heridos eran menores. Este ataque representa el mayor número de niños fallecidos y heridos en un solo incidente en Kiev desde el inicio de los bombardeos sobre la capital en octubre de 2022, según cifras oficiales reportadas por Associated Press.
Los equipos de emergencia continuaron trabajando durante la noche para remover los escombros, mientras el número de víctimas fatales seguía en aumento. El ataque ruso, según los informes, destruyó gran parte de un edificio residencial de nueve pisos y causó daños en más de 100 edificaciones, incluyendo viviendas, escuelas, jardines de infancia, instalaciones médicas y universidades.
Rusia ha intensificado sus ataques contra ciudades ucranianas en los últimos meses, desoyendo los llamados de líderes occidentales para detener las operaciones en zonas civiles después de más de tres años de guerra. Además, las tropas rusas continúan su ofensiva a lo largo de la línea del frente de 1.000 kilómetros, donde los avances han cobrado la vida de miles de efectivos de ambos bandos.
Zelenski reiteró su llamado a la imposición de sanciones económicas más severas contra Rusia, argumentando que, a pesar de la negación del Kremlin, las sanciones están funcionando y deben ser más firmes. El mandatario ucraniano señaló que en julio, Rusia lanzó más de 5.100 bombas planeadoras, más de 3.800 drones Shahed y cerca de 260 misiles de diversos tipos contra Ucrania. Sus declaraciones parecieron responder a las palabras de Donald Trump, quien afirmó que Estados Unidos planea imponer sanciones a Moscú, aunque expresó dudas sobre si estas afectarían a Vladímir Putin.
Ucrania también solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con el objetivo de presionar a Putin para que acepte un alto el fuego completo, inmediato e incondicional.
Mientras tanto, las tropas ucranianas enfrentan una fuerte presión en la estratégica ciudad de Chasiv Yar, en la región oriental de Donetsk, donde Rusia está intensificando sus esfuerzos para romper las defensas rivales tras unos 18 meses de combates. Zelenski desmintió las afirmaciones rusas sobre la captura de Chasiv Yar, asegurando que las unidades ucranianas están manteniendo sus posiciones. Sin embargo, el Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington, advirtió que el control ucraniano sobre la ciudad se está debilitando y que las fuerzas rusas podrían completar la toma de Chasiv Yar en los próximos días, lo que abriría vías para atacar el cinturón fortificado de Ucrania en la región de Donetsk.
En respuesta, Ucrania ha intentado presionar al ejército ruso atacando zonas en la retaguardia con drones de largo alcance, apuntando a redes ferroviarias, depósitos de petróleo y arsenales. El Ministerio de Defensa de Rusia afirmó haber derribado 60 drones ucranianos durante la noche, la mayoría sobre la región fronteriza de Belgorod, donde una persona resultó herida, según el gobernador de la provincia.