En un movimiento que agudiza la tensión en Oriente Medio, el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, ha ordenado la suspensión de la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la agencia nuclear de la ONU. Esta decisión se produce después de una serie de ataques aéreos atribuidos a Estados Unidos e Israel contra instalaciones nucleares iraníes clave, limitando aún más la capacidad de los inspectores internacionales para monitorear el programa nuclear de Teherán.
La orden presidencial, anunciada el miércoles, no especificó un plazo ni detalles concretos sobre cómo se implementará la suspensión. Sin embargo, el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, sugirió en una entrevista con CBS News que Irán podría estar dispuesto a continuar las negociaciones con Estados Unidos, aunque no espera una reanudación inmediata.
Irán ha utilizado previamente la restricción de las inspecciones del OIEA como una táctica de presión en negociaciones con Occidente. La televisión estatal iraní informó que la decisión de Pezeshkian responde a una ley aprobada por el parlamento, respaldada por el Consejo de Guardianes, que exige la suspensión de la cooperación hasta que se garantice la seguridad de las instalaciones nucleares y los científicos iraníes.
El OIEA, que lleva años monitoreando el programa nuclear de Irán, aún no ha recibido una comunicación oficial de Teherán sobre los detalles de la suspensión.
Reacciones internacionales
La decisión de Irán ha provocado una fuerte condena internacional. El ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, calificó la medida como una «renuncia completa a todas sus obligaciones y compromisos nucleares internacionales», instando a las naciones europeas a reimponer las sanciones de la ONU que se levantaron tras el acuerdo nuclear de 2015.
Implicaciones y detalles de la suspensión
Aún no está claro cómo Irán aplicará la suspensión en la práctica, dado el margen de maniobra del consejo teocrático para implementar la ley. Expertos señalan que, si bien la decisión es preocupante, no llega al escenario más temido: la ruptura total de la cooperación con el OIEA y la retirada del Tratado de No Proliferación Nuclear, lo que podría acelerar la búsqueda de armas nucleares.
El contexto del programa nuclear iraní
El acuerdo nuclear de 2015, negociado durante la presidencia de Barack Obama, limitó el enriquecimiento de uranio por parte de Irán al 3,67%, suficiente para centrales nucleares, pero muy por debajo del nivel necesario para armas. También impuso límites a las reservas de uranio y permitió la supervisión del OIEA.
Sin embargo, en 2018, el entonces presidente Donald Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo, lo que generó tensiones y llevó a Irán a enriquecer uranio a niveles más altos, alcanzando hasta un 60%. Teherán insiste en que su programa nuclear es pacífico, pero las agencias de inteligencia occidentales creen que tuvo un programa de armas organizado hasta 2003.
Ataques recientes
La suspensión de la cooperación con el OIEA se produce tras los ataques aéreos israelíes del 13 de junio, dirigidos contra la Guardia Revolucionaria iraní y su arsenal de misiles balísticos, así como contra instalaciones nucleares. Irán ha reportado la muerte de cientos de ciudadanos iraníes en estos ataques.
Además, Irán está evaluando los daños causados por los ataques estadounidenses del 22 de junio contra tres sitios nucleares, incluido Fordo. Imágenes satelitales muestran actividad en el sitio, probablemente relacionada con la evaluación de los daños.
La situación sigue siendo volátil y la comunidad internacional observa de cerca los próximos pasos de Irán en relación con su programa nuclear.
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