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El 7 de junio se celebra el Día Mundial del Helado de Chocolate, una fecha dedicada a uno de los sabores más amados a nivel global. Esta celebración, aunque no respaldada por una declaración oficial universal, ha ganado popularidad gracias a calendarios gastronómicos y la ferviente devoción de los amantes del helado.
Aunque la receta moderna del helado de chocolate se remonta al siglo XIX, sus raíces son aún más antiguas. En 1775, el médico italiano Filippo Baldini ya mencionaba el helado de chocolate en su obra «De Sorbetti», recomendándolo como un remedio para diversas dolencias. Algunos historiadores sugieren que podría tratarse de un sorbete de chocolate, pero lo cierto es que el cacao ya se utilizaba en preparaciones frías con fines terapéuticos y recreativos. En 1693, el cocinero napolitano Antonio Latini publicó una receta de chocolate helado en «The Modern Steward», considerada una de las primeras de la historia. En aquel entonces, el cacao era un producto de lujo, pero más accesible para congelar que la vainilla, que tardó décadas en popularizarse fuera de las cortes reales.
Curiosamente, el helado de chocolate podría ser incluso más antiguo que el de vainilla. Mientras que las primeras recetas de vainilla datan de la década de 1760, las de chocolate ya circulaban en el siglo XVII. Hoy en día, ambos sabores compiten por el primer puesto en popularidad, aunque el helado de chocolate ocupa el segundo lugar a nivel mundial, justo detrás de la vainilla.
En cuanto a su valor nutricional, una bola promedio de helado de chocolate contiene entre 100 y 150 calorías, aunque 100 gramos pueden alcanzar las 216 calorías, dependiendo de los ingredientes utilizados. El uso de leche entera o descremada, cacao puro o chocolate mezclado, y la adición de componentes como azúcar, crema, frutos secos o coberturas, influyen en su contenido calórico. Afortunadamente, existen alternativas más ligeras, sin azúcar añadido, bajas en grasa o elaboradas con leches vegetales, adaptadas a dietas veganas o restricciones alimentarias.
A pesar de su fama como indulgencia, el helado de chocolate también aporta nutrientes esenciales. Contiene calcio, magnesio y triptófano, un aminoácido relacionado con el bienestar. Según datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), el helado de chocolate proporciona proteínas y minerales como calcio, magnesio, fósforo, potasio y sodio. También aporta vitaminas A, B2 (riboflavina) y B6 (piridoxina), esenciales para la salud ósea, la actividad muscular y nerviosa, y el metabolismo energético. En algunos casos, una porción puede cubrir hasta el 15% de la ingesta diaria recomendada de calcio. El triptófano presente en el helado de chocolate es un precursor de la serotonina, un neurotransmisor asociado con la regulación del estado de ánimo, el sueño y la sensación de bienestar.
La versatilidad del helado de chocolate es innegable. Admite múltiples variantes y combinaciones, desde el chocolate amargo hasta el chocolate con leche, pasando por fórmulas que incorporan menta, mantequilla de maní, malvaviscos, chips, nueces, crema batida o fudge. Sabores como Rocky Road o las mezclas con chocolate y menta son solo algunos ejemplos de la amplia gama disponible. La industria del helado innova constantemente, incorporando nuevas propuestas cada año. También es posible prepararlo en casa con ingredientes básicos y añadir extras según las preferencias.
El Día Mundial del Helado de Chocolate es una invitación a disfrutar de este delicioso postre en todas sus formas. Celebra su historia, su popularidad y su capacidad para evocar emociones positivas. A través de su sabor, textura y significado emocional, el helado de chocolate sigue siendo un clásico atemporal que trasciende modas, estaciones y edades.
