En las primarias republicanas de New Hampshire, Donald Trump emergió como el claro ganador, consolidando su posición como favorito para convertirse en el candidato presidencial del partido en las elecciones de noviembre. Nikki Haley, su rival en la contienda, felicitó a Trump por su victoria pero desmintió los rumores de una posible retirada.
Aunque Haley expresó su compromiso de seguir adelante, señalando que la carrera «está lejos de haber terminado», los analistas sugieren que enfrenta desafíos significativos. A pesar de haber invertido tiempo y recursos en Iowa y New Hampshire, no logró superar a Trump en territorios donde los votantes republicanos moderados e independientes tienen mayor presencia.
El discurso de Haley en New Hampshire buscó transmitir determinación, pero se plantean preguntas sobre la viabilidad de su campaña. La derrota en su estado natal, Carolina del Sur, donde se llevarán a cabo las próximas elecciones importantes de las primarias, podría complicar aún más su situación. Se espera que los próximos eventos y resultados influyan en la decisión de Haley de continuar o retirarse de la contienda presidencial.