El gigante tecnológico Google se enfrenta a una creciente presión antimonopolio, tanto en Estados Unidos como en otras regiones del mundo. Aunque ha pagado multas millonarias en Europa, ahora es el turno de los reguladores estadounidenses para intensificar su ofensiva. A lo largo de una semana, la compañía ha experimentado varios golpes a su estructura de negocio, amenazando su dominio en áreas clave.
Acciones legales y repercusiones
Uno de los movimientos más significativos fue la orden de un juez federal que obliga a Google a abrir su tienda de aplicaciones a la competencia. A esto se suma el caso del Departamento de Justicia de EE. UU. (DoJ), que podría llevar a la empresa a vender algunas de sus unidades de negocio para reducir su monopolio en el mercado de las búsquedas por internet.
Aunque separar partes del negocio de Google es una medida extrema y difícil de implementar, los expertos señalan que la compañía enfrentará cambios profundos. Abiel García, abogado antimonopolio, explica que el DoJ busca remedios que no solo reintroduzcan la competencia en las búsquedas, sino que también aseguren que Google no recupere su posición dominante en el futuro.
Reacciones de Google y el mercado
Por su parte, Google ha calificado las propuestas del Departamento de Justicia como «radicales», advirtiendo de consecuencias no deseadas para los consumidores y la competitividad de las empresas estadounidenses. Las acciones de Alphabet Inc., la empresa matriz de Google, han caído un 15% desde su máximo histórico en julio, reflejando la preocupación del mercado por el creciente escrutinio antimonopolio.
Mandeep Singh, analista de Bloomberg, ha señalado que el temor principal es el impacto en el lado tecnológico y competitivo de Google. Obligarlos a compartir su índice de búsqueda no solo ayudaría a sus rivales, sino que también impulsaría a empresas de inteligencia artificial que buscan una oportunidad en este espacio.
¿División en el horizonte?
Aunque una ruptura de Google en varias empresas puede parecer poco probable, algunos expertos, como el economista John Kwoka, consideran que esta opción debería mantenerse sobre la mesa. En su opinión, enviar una señal clara de que los reguladores no aceptarán soluciones débiles podría ser clave para resolver problemas estructurales en el mercado.
Sin embargo, Rebecca Allensworth, profesora de la Universidad de Vanderbilt, cree que el juez encargado del caso, Amit Mehta, no optará por una división de la compañía. El caso de Google recuerda al de Microsoft en la década de 1990, donde inicialmente se pidió la división de la empresa, pero esa decisión fue revocada.
El futuro de Google y la tecnología
Aunque la posibilidad de una ruptura puede parecer lejana, el DoJ parece estar utilizando esta amenaza para inclinar al juez Mehta hacia medidas intermedias, como el intercambio obligatorio de datos de búsqueda. Este tipo de remedios ya se han implementado en Europa bajo las nuevas regulaciones digitales, y podrían ser clave para equilibrar el mercado sin desmantelar por completo la estructura de Google.
A medida que avance el caso, el resultado podría marcar un precedente crucial para otras grandes empresas tecnológicas que también enfrentan investigaciones antimonopolio.