En el corazón palpitante de San Francisco, Ciudad de Panamá, existe un rincón donde el sabor, la tradición y la pasión por la buena comida se encuentran en perfecta armonía: Walter Maier, el verdadero templo del choripán. Este sábado fuimos testigos de una velada extraordinaria, una auténtica fiesta de fuego y sabor que aún resuena en nuestro paladar y memoria.
La Noche de Choripanes fue simplemente espectacular. Desde el primer bocado, los sabores nos transportaron por un viaje sensorial que cruzó fronteras y celebró culturas. Chorizos Españoles con ese ahumado profundo y noble, los Argentinos rebosantes de jugosidad y carácter, una Butifarra tierna y especiada, la Polaca con su toque ahumado y textura firme… Cada uno era una joya gastronómica elaborada con maestría y dedicación.
Pero no todo quedó en los embutidos: la sorpresa fue la jalea de ají, un acompañante dulce y picante que elevó la experiencia a otro nivel. Era el equilibrio perfecto, el abrazo caribeño que sellaba esta unión internacional de sabores.
Walter Maier no solo te sirve un plato, te regala una experiencia. El ambiente cálido, la atención cercana, y ese sentimiento de comunidad que se respira en cada mesa hacen de este lugar algo más que un restaurante: es un punto de encuentro entre la tradición y el alma. Y para los que no quieren que la magia termine, pueden llevarse sus chorizos congelados a casa y revivir el festín en su cocina.
Además, el lugar esconde otras delicias de la gastronomía alemana que merecen su propio capítulo. Desde salchichas artesanales hasta productos exclusivos, todo en Walter Maier grita calidad premium, autenticidad y amor por la buena mesa.
Sin duda alguna, fue una noche mágica, intensa, deliciosa, que nos recordó que comer bien también es una forma de celebrar la vida. Si estás en Panamá y no has visitado Walter Maier, no sabes lo que es un choripán de verdad.
Walter Maier: La casa del Choripán en Panamá.
@waltermaierbbq
@waltermaiersf
Donde cada mordida cuenta una historia. Donde el sabor es emoción.