Anoche decidimos visitar, en compañía de un grupo de amigos, el restaurante SAGA, la nueva propuesta del chef Ricardo Lee, quien proviene de una familia con una larga tradición en la gastronomía china en Panamá, con icónicos restaurantes como Lung Fung y la cadena de comida rápida Don Lee.
Desde el inicio, la experiencia no estuvo a la altura de las expectativas. Si bien el restaurante cuenta con un diseño moderno de inspiración oriental y una distribución agradable, con cocina abierta que permite ver la preparación de los alimentos de manera higiénica, el servicio dejó mucho que desear.
Un servicio lento y desorganizado
El primer gran problema fue la espera para ser atendidos. Tuvimos que levantar la mano e incluso hacer gestos para que nos prestaran atención, a pesar de que el salón estaba prácticamente vacío, con solo dos mesas ocupadas.
Al llegar las entradas, solicitamos palitos chinos, pero solo trajeron dos pares para cuatro personas. Al pedir más, el mesero sorprendió con la pregunta: «¿Con dos es suficiente?». Lo mismo ocurrió con el arroz blanco, que supuestamente venía incluido con los platos principales. Nos informaron que nos darían cuatro tazas, pero solo trajeron dos, y a pesar de insistir en que faltaban, los otros dos llegaron cuando ya casi habíamos terminado la comida.
Otro detalle que resalta el descuido en el servicio: pedí limón para acompañar mi agua desde el inicio, pero llegó casi al final de la cena y solo después de varias solicitudes.
La comida: Un punto medio entre lo bueno y lo decepcionante
En cuanto a la comida, la calidad fue bastante aceptable en algunos platos, pero otros quedaron por debajo de lo esperado:
- Entradas:
- Las almejas estuvieron muy ricas, con un sabor fresco y bien equilibrado.
- Los dumplings de carne, aunque bien presentados, tenían un relleno que recordaba más a productos de supermercado que a una elaboración artesanal.
- Platos Fuertes:
- Pork Belly: Buena textura y sabor, un punto alto de la noche.
- Chow Mein frito de pollo: Decepcionante, le faltaba ese sabor auténtico y la textura del pollo no convenció.
- Carne: Sin duda, el mejor plato de la cena, con una cocción y sazón impecables.
¿Vale la pena el precio?
El costo de la cena para cuatro personas, sin contar bebidas alcohólicas, fue de $88 antes de propina (unos $22 por persona). Para la cantidad y calidad de los platos, el precio es algo elevado, sobre todo considerando la deficiente atención y los fallos en el servicio.
Conclusión
Si bien SAGA tiene potencial en cuanto a sabor y presentación de los platos, su servicio necesita una mejora urgente. Los errores en la atención y la falta de coordinación pueden arruinar la experiencia, especialmente en un restaurante nuevo que busca consolidarse. Si no mejoran estos aspectos, difícilmente se convertirá en un referente gastronómico en la ciudad.
Calificación final: 5.5/10 creo llegan a la rehabilitación…
- Lo mejor: La carne y el Pork Belly.
- Lo peor: El servicio lento y desorganizado.
- ¿Volveríamos? Solo si mejoran la atención. Estaremos pendientes para darle otra oportunidad
Por Anton Michelin, seudónimo