Ante la creciente presión de Estados Unidos y Canadá, México ha implementado cambios legales y estrategias para reducir su dependencia de piezas y productos chinos. El objetivo: salvaguardar su participación en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) de cara a la revisión prevista para 2026.
Sustitución de importaciones chinas
La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que México está trabajando activamente para sustituir importaciones chinas con producción nacional o norteamericana. Este esfuerzo, que comenzó durante la crisis global de suministros en 2021, busca reducir los riesgos de ser visto como un canal para productos asiáticos hacia Norteamérica.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, anunció que México planea comenzar la producción de microchips en 2025, aunque reconoció que inicialmente no serán de alta tecnología. Este proyecto forma parte de un plan más amplio para atraer inversión y fomentar la fabricación local.
Reformas legales para cumplir con el T-MEC
Además, México está modificando leyes para garantizar que cumplan con los requisitos mínimos del acuerdo comercial. Entre los cambios más significativos está la reestructuración de agencias reguladoras, como los organismos antimonopolio y de transparencia, adaptándolas a las exigencias del tratado.
“El objetivo es garantizar que las reglas del T-MEC protejan a México frente a una posible salida unilateral de Estados Unidos o Canadá”, destacó Ebrard.
Retos persistentes
Sin embargo, este esfuerzo enfrenta desafíos significativos. El acero y aluminio exportados desde México han sido objeto de aranceles impuestos por Estados Unidos, bajo la sospecha de que provienen de China. Legisladores estadounidenses, como el senador Sherrod Brown, han instado a frenar estas prácticas, señalando que afectan la economía y seguridad nacional de su país.
Por otro lado, expertos como Gabriela Siller, del grupo financiero Banco Base, advierten que las revisiones del T-MEC en 2026 podrían ser duras para México. Aunque el tratado tiene cláusulas que dificultan una salida antes de 2036, las tensiones podrían generar incertidumbre para la inversión extranjera.
Un equilibrio delicado
México se encuentra en una posición crítica: necesita cumplir con las exigencias de sus socios comerciales mientras impulsa su economía local. La sustitución de importaciones chinas y el fortalecimiento de su producción nacional son pasos en la dirección correcta, pero el éxito dependerá de la colaboración entre el gobierno, las empresas y la comunidad internacional.