La economía global se enfrenta a un año decisivo marcado por cambios políticos, tensiones comerciales y avances tecnológicos que podrían redefinir el orden económico internacional. Desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca hasta la revolución de la inteligencia artificial, analizamos los cinco factores clave que darán forma al panorama económico mundial.
Trump 2.0: Un Giro en el Liderazgo Global
El retorno de Donald Trump a la presidencia estadounidense promete sacudir los cimientos del orden económico internacional. Su política de «América Primero» podría desencadenar cambios significativos en las alianzas comerciales globales, mientras que su cuestionamiento a organizaciones como la OTAN podría abrir espacios para que potencias como China, India y Rusia amplíen su influencia económica y militar.
Guerra Comercial en el Horizonte
Las propuestas arancelarias de Trump, que incluyen tasas de hasta 25% para productos de México y Canadá y 10% para importaciones chinas, amenazan con desatar una guerra comercial global. Estas medidas podrían desmantelar el T-MEC y provocar un aumento significativo en los precios para los consumidores estadounidenses, afectando especialmente el comercio de alimentos y materias primas.
Inmigración y Mercado Laboral
Las políticas migratorias restrictivas, no solo en Estados Unidos sino también en Europa, podrían generar escasez de mano de obra en sectores clave. La propuesta de Trump de realizar «la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos» podría tener graves consecuencias para industrias como la agricultura y provocar la relocalización de empresas.
Conflictos Geopolíticos y Economía
Los conflictos en curso en Ucrania, Gaza y las tensiones en torno a Taiwán seguirán impactando la economía global. La posible retirada del apoyo estadounidense a Ucrania y un cambio en la política de defensa de aliados podría reconfigurar las relaciones internacionales y los flujos comerciales.
El Despegue de la IA
2025 podría ser el año decisivo para la inteligencia artificial. Las grandes inversiones en infraestructura, incluyendo centros de datos alimentados por energía nuclear, sugieren que la transformación prometida por la IA podría comenzar a materializarse, impactando significativamente en la productividad y el mercado laboral.
La confluencia de estos factores marca un punto de inflexión para la economía global. Las decisiones tomadas en 2025, especialmente en Washington, tendrán repercusiones duraderas en el comercio internacional, los mercados laborales y el desarrollo tecnológico.