El rial iraní ha alcanzado un nivel crítico en los mercados de cambio, cotizando por encima del millón de riales por dólar estadounidense. Esta caída histórica ocurre mientras el país retoma sus actividades comerciales tras las festividades del Año Nuevo persa.
Crisis cambiaria sin precedentes
El tipo de cambio, que ya se había desplomado durante el Nowruz (Año Nuevo persa) debido al cierre de casas de cambio, cayó aún más este sábado hasta llegar a 1.043.000 riales por dólar, confirmando que este nuevo mínimo histórico «ha llegado para quedarse».
En la calle Ferdowsi de Teherán, centro neurálgico del mercado cambiario iraní, algunos comerciantes han optado por apagar sus paneles electrónicos ante la incertidumbre sobre hasta dónde podría seguir cayendo la moneda nacional.
«Lo desactivamos porque no estamos seguros de los sucesivos cambios del tipo de cambio», explicó Reza Sharifi, empleado de una casa de cambio.
Sanciones y tensiones internacionales
La economía iraní se ha visto gravemente afectada por las sanciones internacionales, especialmente desde que el presidente estadounidense Donald Trump retiró unilateralmente a Estados Unidos del acuerdo nuclear en 2018. Para poner en perspectiva la magnitud del desplome: cuando se firmó el acuerdo en 2015, el rial se cotizaba a 32.000 por dólar.
Tras el regreso de Trump a la Casa Blanca en enero, el mandatario estadounidense ha reanudado su campaña de «máxima presión» contra Teherán mediante sanciones, persiguiendo especialmente a empresas que comercializan petróleo crudo iraní, incluidas las que lo venden con descuento a China.
Mientras tanto, Trump ha intentado impulsar conversaciones directas con el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, aunque Irán solo ha mostrado disposición para entablar diálogos indirectos.
Presión interna y crisis política
La caída del rial ha aumentado la presión sobre el presidente reformista iraní Masoud Pezeshkian. En marzo, cuando el tipo de cambio era de 930.000 riales por dólar, el parlamento iraní destituyó a su ministro de finanzas, Abdolnasser Hemmati, debido a la devaluación de la moneda y acusaciones de mala gestión.
La crisis económica ha evaporado los ahorros de los ciudadanos iraníes, quienes recurren cada vez más a aferrarse a divisas extranjeras, oro, automóviles y otros bienes tangibles como resguardo de valor. Otros optan por las criptomonedas o caen en esquemas de enriquecimiento rápido.
Según el analista de mercado Mehdi Darabi, las presiones extranjeras de los últimos meses han generado «expectativas de una posible disminución en las ventas de petróleo y más inflación», provocando un tipo de cambio más alto para las monedas fuertes.
La tensión social también persiste en el país, con controversias sobre el uso obligatorio del hiyab y rumores sobre un posible aumento del precio de la gasolina subsidiada, tema que ha desencadenado protestas nacionales en el pasado.