La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, advirtió que la economía mundial enfrenta el riesgo de caer en un estancamiento caracterizado por un bajo crecimiento y un endeudamiento elevado. Durante las reuniones otoñales del FMI y el Banco Mundial, Georgieva expresó su preocupación por el impacto de las tensiones geopolíticas y conflictos en el crecimiento económico global.
Crecimiento mundial anémico
El FMI prevé que la economía mundial crecerá a un ritmo de 3,2% en 2024, una cifra que Georgieva calificó como «anémica». Según sus declaraciones, el comercio internacional, históricamente uno de los principales motores del crecimiento global, ha perdido su impulso debido a la fragmentación de la economía global, exacerbada por la fría relación entre las dos mayores economías del mundo: Estados Unidos y China.
“Vivimos en una economía global más fragmentada”, afirmó Georgieva, refiriéndose a la reducción del comercio y las tensiones geopolíticas que afectan negativamente el crecimiento. Esta situación plantea desafíos adicionales para las naciones que ya están luchando con deudas significativas, muchas de ellas acumuladas para enfrentar la pandemia de COVID-19.
Endeudamiento mundial en niveles preocupantes
Uno de los mayores retos para la economía global es el creciente endeudamiento. El FMI estima que la deuda pública mundial superará los 100 billones de dólares en 2024, lo que equivale al 93% del Producto Interno Bruto (PIB) global. De no tomarse medidas, esta proporción podría acercarse al 100% para 2030. Georgieva alertó que este escenario podría limitar las oportunidades de crecimiento, afectando los ingresos y la generación de empleos.
“La economía mundial corre el riesgo de estancarse en una senda de bajo crecimiento y elevado endeudamiento”, explicó. Esto podría significar un futuro incierto para muchas economías, en especial aquellas más vulnerables.
Aterrizaje suave y control de la inflación
A pesar de este panorama sombrío, el FMI destacó algunos logros, como el control de la inflación global. Las tasas de interés elevadas implementadas por bancos centrales como la Reserva Federal de Estados Unidos han ayudado a frenar la inflación, mientras que las cadenas de suministro mundiales, que sufrieron interrupciones durante la pandemia, han comenzado a normalizarse.
El FMI prevé que en las economías avanzadas la inflación baje al 2% en 2025, acercándose al objetivo de los bancos centrales sin provocar una recesión mundial. “En la mayor parte del mundo se vislumbra un aterrizaje suave”, aseguró Georgieva, resaltando que las medidas adoptadas hasta ahora han evitado un colapso económico mayor.
Desafíos para las personas comunes
No obstante, la recuperación económica global aún no ha llegado a todos. Georgieva señaló que, si bien los líderes mundiales indican que sus economías están estables, muchas personas siguen luchando con los altos precios y la incertidumbre económica. La percepción general es que las expectativas de crecimiento no son alentadoras, lo que genera ansiedad en la población.
El FMI, que representa a 190 países, continúa trabajando para promover el crecimiento económico y la estabilidad financiera, así como para reducir la pobreza en el mundo. Sin embargo, ante los retos actuales, la organización insta a los líderes mundiales a tomar decisiones más audaces, especialmente en países como China, donde la desaceleración económica requiere una reactivación más decidida.