La decisión del presidente Joe Biden de impedir la compra de U.S. Steel por parte de la empresa japonesa Nippon Steel ha generado preocupación sobre el futuro de miles de empleos bien remunerados en el corazón industrial de Estados Unidos.
Detalles de la propuesta bloqueada
Nippon Steel había ofrecido cerca de $15 mil millones por la icónica compañía siderúrgica de Pittsburgh, con planes de invertir $2.7 mil millones en modernizar las envejecidas instalaciones de altos hornos de U.S. Steel en Gary, Indiana y el Valle de Mon en Pennsylvania. La propuesta incluía el compromiso de mantener la capacidad de producción en EE.UU. durante los próximos 10 años, sujeto a aprobación gubernamental antes de cualquier reducción.
Reacciones divididas
Algunos trabajadores del acero en el Valle de Mon expresaron su apoyo al acuerdo con Nippon, a pesar de los esfuerzos del liderazgo sindical nacional para persuadir a la administración Biden de bloquearlo. «Estaban preparados para invertir en el Valle», comentó Michael Zugai, vicepresidente del sindicato de trabajadores en una planta de U.S. Steel en el Valle de Mon.
Gordon Johnson, fundador de GLJ Research y seguidor de las acciones de U.S. Steel en Wall Street, criticó la decisión: «La pérdida del acuerdo Nippon-U.S. Steel será desastrosa para Pennsylvania. Realmente no entiendo esta decisión. No beneficia a los trabajadores ni a los accionistas de U.S. Steel».
Justificación de Biden y consecuencias
El viernes, Biden anunció el bloqueo de la adquisición por Nippon después de que los reguladores federales no llegaran a un consenso sobre su aprobación. El presidente argumentó que «una industria siderúrgica robusta de propiedad y operación nacional es vital para la seguridad nacional».
Tras el anuncio, las acciones de U.S. Steel cayeron un 6.5%. Esta medida, tomada semanas antes de que Biden deje la Casa Blanca, señala un creciente cambio bipartidista alejándose del libre comercio y la inversión sin restricciones.
Incertidumbre sobre el futuro
U.S. Steel ha advertido que sin el acuerdo de Nippon Steel, la compañía se alejará en gran medida de sus instalaciones de altos hornos, poniendo en peligro miles de empleos sindicales bien remunerados y afectando negativamente a numerosas comunidades donde se ubican sus plantas. También se ha amenazado con trasladar su sede fuera de Pittsburgh.
Sin el respaldo financiero de Nippon Steel, es probable que U.S. Steel se centre en hornos de arco eléctrico modernos, como la instalación de Big River en Arkansas, que pueden producir productos de acero de alta calidad de manera más eficiente y a menor costo en comparación con los altos hornos tradicionales.
La decisión de Biden ha generado un debate sobre el equilibrio entre la protección de la industria nacional y la necesidad de inversión y modernización en un sector crucial para la economía estadounidense.